Cuando recién conocí la Christian Science, un miembro de la iglesia me dijo que el libro Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, contenía un mensaje sanador. Esta persona me fue explicando en forma gradual acerca de esta religión y me di cuenta de que lo hacía con sinceridad y convicción. Empecé a leer el libro y me gustó lo que iba descubriendo en él. El capítulo titulado "La Oración" me enseñó a orar.
Mientras estaba leyendo el libro, me sobrevino un cólico nefrítico. Era la tercera vez que me sucedía esto. La primera, había logrado curarlo mediante el empleo de la medicina, y la segunda, por medio de la homeopatía. Pero en la tercera ocasión, me dije: "Aquí dice que este libro sana, entonces voy a ver si es realmente así".
Una cita que recordaba vagamente, mencionaba que la materia no tenía vida ni sensibilidad, que no había sensación, ni dolor ni placer en ella. Traté de comprender el significado de estas palabras mientras seguía leyendo. Yo estaba en cama porque no podía levantarme pero por la tarde, pude hacerlo. Al llegar mi esposo le dije que estaba curada. Él no podía creerlo porque parecía imposible que realmente fuera así.
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