Con el objetivo de disminuir el trabajo infantil, se creó una empresa cooperativa subsidiada por la Organización de las Naciones Unidas, que fabrica productos de limpieza. El producto es fraccionado, vendido y distribuido por ex cartoneros, quienes cobran un sueldo mensual que supera lo que obtenían en la calle. De esta forma los padres de muchos niños pueden sostener un trabajo rentable, y no necesitan recurrir a sus niños. "Es una bendición", dijo una mamá, beneficiada con este proyecto. "Pude sacar a mis hijos de la calle (que antes juntaban cartones) y mandarlos nuevamente al colegio; me hace sentir digna. Y además puedo realizar las otras tareas de mi hogar".
Se trata del primer microemprendimiento con un objetivo social de una industria inserta en la economía formal, que monitorea caso por caso, pero que a la vez apunta a producir a escala; los productos se fraccionan según las normas de cualquier empresa.
Según informó la ONU, 1.000.000 de niños trabajan en las calles. Con este proyecto ya retiraron 650 niños de las calles, y los enviaron de regreso a la escuela.
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