Cuando llegué a la "Cuarta Forma" [8o grado], me sentí cómodo de comenzar a prepararme para rendir el examen BEPC [examen de ingreso a la escuela secundaria superior]. Pensé en presentarme al terminar el año escolar, en junio del 2000, aunque es un examen que uno presenta normalmente en 9o grado.
En mi barrio, varios estudiantes de "Tercera Forma" [equivalente al noveno grado], habían formado un grupo de estudio y yo solicité ser admitido para prepararme mejor para el examen. En ese momento yo tenía 12 años, y era el más joven del grupo. Entre nosotros había un chico cuya madre acostumbraba a hacer cosas fraudulentas. Ella estaba comprando copias de los exámenes en la Delegación, el organismo oficial que representa al Ministerio de Educación en cada provincia, pero nadie en el grupo lo sabía.
Antes de salir de casa el primer día del examen, nos pusimos con mi mamá a leer algunos pasajes de la Biblia y de Ciencia y Salud. Al leer yo trataba de comprender mejor lo que las palabras me estaban diciendo.
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