Cuando escuchamos las noticias y nos enteramos de tantas cosas terribles que ocurren en el mundo — enfermedades incurables, terrorismo, guerras, economías al borde de la quiebra — puede que nos parezca imposible imaginar un mundo libre de sufrimiento, libre de malentendidos y conflictos. Sin embargo, como leerá en este Heraldo, nuestra oración persistente nos puede ayudar a comprender que el universo, nuestra vida, nuestra experiencia diaria, están de hecho gobernados por un Principio divino y bondadoso, es decir, Dios.
La oración persistente y eficaz sana.
Los profetas en la Biblia sabían acerca de este Principio, y resulta muy interesante leer acerca de sus experiencias.
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