Soledad Castelnoble venía planeando desde hacía tiempo un viaje desde Uruguay a los Estados Unidos para visitar a su hijo y familia. Pero pocos días antes de salir su esposo, sufrió un infarto cerebral con complicaciones cardíacas.
Imperio cuenta: “Un domingo por la mañana me levanté con una molestia en la vista: veía todas las cosas extrañamente juntas, como nunca me había sucedido. Lo comenté con mi señora y me dijo que me quedara tranquilo.
“Sin embargo, comencé a empeorar y me tuvieron que llevar en la Sala de Emergencia móvil, o ambulancia, donde los médicos aconsejaron a mi esposa que me internara immediatamente. Cuando llegamos al sanatorio entré directamente a cuidados intensivos. Recuerdo que al tomar la mano de mi esposa sentí que estaba orando por mí, al igual que mi familia. A pesar de mi gravedad, me vinieron a la mente los versículos del Salmo 23 que dicen: ‘Jehová es mi pastor; nada me faltará... Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno’”.
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