Semana de finales: semestre de otoño, onceavo grado. Tenía exámenes de biología, matemáticas, Cursos de Nivel Avanzado de inglés e historia de los Estados Unidos, así como de mi clase más difícil: Español 4 Avanzado. Me sentía muy estresado e infeliz. El trabajo era totalmente abrumador. Tenía que revisar cientos de páginas y memorizar vocabulario y tiempos verbales para la clase de español, por no mencionar el ensayo extracurricular que debía entregar para la clase de inglés. Esto no era de ninguna manera divertido.
Yo sabía que necesitaba mejorar mi forma de pensar. Al sentirme triste y agobiado no lograba concentrarme en ninguna de mis tareas y no podía estudiar.
Por las experiencias que había tenido, yo sabía que podía encontrar consuelo en la Biblia y en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras. En el pasado, cuando había necesitado sanar, recurría a ellos y encontraba una ayuda inmediata. Así que me volví a ellos nuevamente.
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