Me he preguntado cómo mis oraciones podrían apoyar a los “mejores” candidatos para un puesto público sin que yo presuma saber quiénes son.
Poco a poco he llegado a darme cuenta de que existen fuerzas espirituales o leyes universales del bien en acción para gobernar a todos los candidatos. He comenzado a reconocer que mi mejor contribución es orar para comprender la presencia y primacía de estas fuerzas espirituales del pensamiento, y entender mejor cómo los candidatos, y el proceso electivo, se benefician cuando nuestras oraciones reconocen la operación de estas leyes espirituales.
Una frase de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras me vino al pensamiento como un ejemplo de una verdad espiritual y sus efectos concomitantes basados en las leyes del bien y la armonía de Dios. Con años de experiencia en la presentación de ideas revolucionarias a un público escéptico y a veces hostil, Mary Baker Eddy, quien descubrió la Ciencia Cristiana, afirmó: “Los motivos correctos dan alas al pensamiento, y fuerza y libertad a la palabra y a la acción” (pág. 454).
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