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¿Es importante el poder espiritual para las campañas políticas?

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 30 de diciembre de 2019


Me he preguntado cómo mis oraciones podrían apoyar a los “mejores” candidatos para un puesto público sin que yo presuma saber quiénes son.

Poco a poco he llegado a darme cuenta de que existen fuerzas espirituales o leyes universales del bien en acción para gobernar a todos los candidatos. He comenzado a reconocer que mi mejor contribución es orar para comprender la presencia y primacía de estas fuerzas espirituales del pensamiento, y entender mejor cómo los candidatos, y el proceso electivo, se benefician cuando nuestras oraciones reconocen la operación de estas leyes espirituales.

Una frase de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras me vino al pensamiento como un ejemplo de una verdad espiritual y sus efectos concomitantes basados en las leyes del bien y la armonía de Dios. Con años de experiencia en la presentación de ideas revolucionarias a un público escéptico y a veces hostil, Mary Baker Eddy, quien descubrió la Ciencia Cristiana, afirmó: “Los motivos correctos dan alas al pensamiento, y fuerza y libertad a la palabra y a la acción” (pág. 454).

Uno de los aspectos más bellos de esta verdad espiritual es que es completamente imparcial, e incluso apolítica. Se aplica igualmente a todos los candidatos en proporción a la “corrección” de sus móviles. Una vislumbre de lo que la Sra. Eddy podría querer decir con “motivos correctos” puede verse en esta declaración de Ciencia y Salud: “Todo lo que mantiene el pensamiento humano en línea con el amor abnegado recibe directamente el poder divino” (pág. 192). 

En el clima político de hoy de sofisticados estrategas y publicistas de campañas, redactores de discursos y prestigiosas bases de apoyo, imagino que debe ser muy exigente para un candidato mantenerse fiel a sus móviles más abnegados con el fin de buscar un puesto público. Quizás nuestras oraciones puedan ayudar a apoyar esta lealtad espiritual natural a los motivos correctos y al poder divino que los acompaña. 

Tal vez algunos menosprecien la importancia de los móviles, colocándolos casi al final de la lista de criterios de elegibilidad, pero para muchos, los motivos han demostrado ser factores importantes y determinantes en sus vidas. Por ejemplo, los lectores de esta revista probablemente recuerden una situación donde esta misma declaración de Ciencia y Salud acerca del poder de los motivos correctos reafirmó sus esfuerzos por lograr un objetivo digno, alentándolos a volver a examinar sus móviles y a alinearlos mejor con el Principio divino, el Amor y, por lo tanto, con el poder espiritual. No obstante, puede ser fuerte la tentación de cuestionar si ese elemento privado y callado del pensamiento es lo suficientemente poderoso como motivo para influir en una campaña política nacional, donde se gastan millones de dólares para manipular la opinión pública.

Me doy cuenta de que toda ley de Dios y toda verdad espiritual requiere de testigos activos para hacer que sus efectos sean visibles, y el precepto respecto a los motivos correctos no es diferente. Tomemos, por ejemplo, las leyes de la aerodinámica: Siempre han existido, pero obtener los beneficios de estas leyes depende de las personas que perciben su presencia y potencial, y luego trabajan activamente para demostrar su utilidad en la transportación humana. De forma similar, las leyes espirituales, las cuales gobiernan la alineación entre los motivos correctos y el poder divino, están operando continuamente, y también necesitan ser discernidas, apreciadas y puestas en práctica. Y esto puede elevar el proceso de la campaña.

¿Por qué y cómo pueden los motivos correctos dar “…fuerza y libertad a la palabra y a la acción”? Porque nos ayudan a comenzar desde una base firme. Cuando un candidato habla desde la perspectiva de móviles buenos, puede ser guiado intuitivamente a presentar enfoques políticos y objetivos estratégicos —y responder preguntas difíciles— con claridad, franqueza e inspiración, confiando en que la veracidad de sus palabras, la sabiduría expresada y su amor desinteresado serán sentidos y escuchados. Además, deben estar alertas para que las tentaciones de la ambición y el poder personales, así como el comportamiento malicioso hacia los demás, puedan mantenerse a raya, al igual que todo impulso de engañar o mentir. Los motivos correctos que dan “alas” al pensamiento pueden ser respaldados por las cualidades morales tales como la humildad, honestidad, sinceridad, valentía, sabiduría, integridad y persistencia respetuosa. Y podemos afirmar en oración que nosotros y los demás tenemos la capacidad de discernir y valorar estas cualidades.

Alinearse estrechamente con los motivos correctos y el amor desinteresado es honestidad. Reitero, como una guía del pensamiento cuyas ideas inicialmente enfrentaron resistencia, y cuyos móviles fueron difamados por algunos, la Sra. Eddy escribió: “La honestidad es poder espiritual. La deshonestidad es debilidad humana, que pierde el derecho a la ayuda divina” (Ciencia y Salud, pág. 453).

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