Una mentira se destruye con más rapidez cuando se dice la verdad respecto a ella que cuando se la deja librada a sí misma. (Mary Baker Eddy, La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea, pág. 130)
Si alguien te dijera que la Sra. Eddy tenía la intención de disolver la Iglesia que le llevó toda su vida fundar, indudablemente no lo creerías. Pero si te sugiriera que ella deliberadamente incluyó ciertas cláusulas en el Manual de La Iglesia para generar esto, es posible que te sorprendieras. No obstante, otros hechos rápidamente pondrían al descubierto lo taimado de ese argumento.
Al asimilar esta información gratuita y al alcance de todos (véase, por ejemplo, Permanency of The Mother Church and its Manual,Boston: The Christian Science Publishing Society, 1985, o bien, "A Church designed to last", The Christian Science Journal, Vol. 100, 1982), verías claramente la mentira. Te darías cuenta de que no era la Fundadora la que quería disolver La Iglesia Madre; ¡era el individuo que difundió la mentira! En los últimos años, estar alerta, la oración vigilante y el decir la verdad han puesto al descubierto y anulado totalmente esta campaña engañosa.
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