Hace unos años, un lunes temprano por la mañana, estaba buscando quietud cuando me volví a Dios en oración. Durante un día o dos, había estado experimentando molestias y dolor en las vías urinarias. A través de mi estudio de la Ciencia Cristiana, sabía que podía recurrir a Dios para sanar. El maestro cristiano, Cristo Jesús, demostró la impotencia de la enfermedad durante su ministerio sanador, y la Ciencia Cristiana enseña las infinitas posibilidades de curación hoy.
Cada semana, estudio la Lección Bíblica del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana para obtener inspiración —especialmente de las historias bíblicas—, a fin de alcanzar una nueva comprensión de las enseñanzas de Jesús y reflexionar sobre las verdades espirituales del libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy.
El tema de la lección de esa semana era “El hombre”. Centré mi lectura en reunir perspectivas espirituales acerca de mi identidad y salud. Tenía muchos deseos de estar en tranquila comunión con Dios.
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