Hace unos años, un conferenciante de la Ciencia Cristiana dijo algo que realmente me llamó la atención: “La levadura en un estante no fermenta el pan”. Para hacer pan, la levadura debe agregarse a la harina, la sal y el agua, luego los ingredientes deben mezclarse para que la masa resultante pueda leudar, y después hornearse. Veo la declaración de este conferenciante como una metáfora útil para el requerimiento de poner en práctica las enseñanzas de la Ciencia Cristiana; cultivar lo que aprendemos espiritualmente acerca de Dios y la relación del hombre con Él al aplicarla y vivirla.
Un artículo reimpreso en La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea incluye esta declaración de Mary Baker Eddy, la Descubridora de la Ciencia Cristiana: “Querido lector, pensar correctamente, sentir correctamente y actuar correctamente —la honestidad, la pureza, la abnegación— en la juventud, tienden al éxito, a la intelectualidad y a la felicidad en la edad adulta” (pág. 274).
¿Cómo podríamos incorporar estos ingredientes —pensar correctamente, sentir correctamente y actuar correctamente— en nuestras vidas? ¿Con qué frecuencia nos hemos dicho a nosotros mismos que desearíamos haber pensado más en cómo manejamos una conversación o actuamos de manera diferente en una reunión de la comunidad o de la iglesia?
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