Un padre angustiado, Jairo, le ruega a Jesús que venga a sanar a su hija de doce años, que está a punto de morir. Entonces un miembro de su familia llega con la noticia de que su hija ha muerto. Jesús le dice a Jairo: “No temas, cree solamente” (Marcos 5:36).
¿En serio? Su hija acaba de morir, y la respuesta de Jesús es decirle al padre que no tenga miedo. Eso es mucho pedir. Y Mary Baker Eddy refuerza esta orden en esta descripción de cómo orar en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “La práctica científica y cristiana comienza con la nota tónica de la armonía de Cristo: ‘¡No temáis!’” (pág. 410-411).
Pero ¿cómo erradicamos el temor cuando parece que tenemos todas las razones para tener miedo?
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