Es con gran alegría y profunda gratitud que deseo relatar las muchas bendiciones que he recibido mediante el entendimiento de Dios que me ha proporcionado la Christian Science.
Hace unos ocho años me encontré con una amiga que era Científica Cristiana, y que tuvo la bondad de ofrecerme un ejemplar del Sentinel. Esta fué la primera vez que alguien me hablaba de la Christian Science. En aquel entonces hacía muchos años que yo había padecido de úlceras en una pierna, las que ningún remedio material había podido curar. Obtuve un ejemplar del libro de texto, "Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras", de Mary Baker Eddy, y merced al estudio constante de este libro y el trabajo metafísico de un practicista, sané por completo, sin darme cuenta de ello, mientras estaba ocupado en mis negocios.
En el salmo veintitrés encontramos estas palabras: "Y aun cuando ande por el valle de la sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me dan aliento." No encuentro las palabras para expresar mis sentimientos de amor y gratitud por las muchas curas que he experimentado.
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