Mi primer testimonio apareció en The Christian Science Journal de febrero de 1913. Me complace hacer constar que las curaciones ahí relatadas han sido permanentes. Desde aquel entonces he experimentado muchas otras, algunas con la ayuda de una practicista y otras mediante el estudio de Ciencia y Salud por Mrs. Eddy, juntamente con la Biblia. Todas las obras de Mrs. Eddy y nuestros periódicos me han servido de guía maravillosa.
Durante los primeros años de mis estudios tuve que vencer mucho temor. Cada vez que un miembro de la familia llegaba a casa temía las malas noticias que me pudiera traer. Escudriñando la Biblia, encontré la siguiente declaración en el libro de los Salmos (112:6, 7): "En memoria eterna estará el justo. No temerá a causa de malas noticias." Desde el primer día que se publicó The Christian Science Monitor y que lo empecé a leer, todo mi temor desapareció. Cada uno de los periódicos de la Christian Science contiene un mensaje alentador, y me siento muy agradecida a los redactores por su vigilancia y fidelidad.
Mi primera curación fué de fuertes dolores de cabeza, y algunos años después, al volver a padecer este mal, comprendí la necesidad de vencer los hábitos del té y del café. Fué para mi una lucha, pero el estudio de Ciencia y Salud me trajo la victoria y hace más de treinta años que no he tenido deseos de tomar té o café.
La cura más maravillosa que jamás he tenido fué la de una enfermedad de las caderas, que no me permitía pararme derecha. Una tarde al salir al campo en busca de las vacas, me vino este pensamiento: Una cadera lisiada no me puede obligar a andar coja; no es nada, ya que Dios es Todo, Dios es el único creador, y Dios es bueno. Me aferré a esta comprensión del bien y sané al instante. Esto ocurrió hace muchos años y la curación ha sido permanente.
La amiga que primero me habló de esta religión tan bella me escribía a menudo, alentándome y dándome valiosos consejos. Un día recibí de ella una carta, que leí antes de abandonar el correo. En ella me decía: "El siguiente versículo de Los Proverbios es muy significativo: 'No tendrás temor de susto repentino.' " Al dirigirme a mi casa sentí repentino temor, pero en seguida lo rechacé, consciente de que Dios es Amor, y que está presente en todas partes. Al llegar a casa me enteré de que un miembro de la familia había sido muy protegido en un accidente que ocurrió justamente en el momento citado.
Otras curaciones experimentadas por mi familia incluyen las de neumonía y erisipelas. Una Científica Cristiana trabajó con fidelidad y devoción, y las curas se efectuaron en pocos días. En el caso de la erisipelas el rostro quedó tan limpio y suave como el de un niño.
Estoy muy agradecida a Dios por ser miembro de La Iglesia Madre; por haber recibido instrucción en una clase autorizada de la Christian Science dictada por un alumno de Mrs. Eddy; y por las reuniones anuales de nuestra clase.— Cheyenne Wells, Colorado, E. U. A.
