En la Biblia (I. Juan, 3:2), encontramos estas palabras inspiradoras: “Amados míos, ahora somos hijos de Dios.” La creencia de que el hombre es material y que está sujeto a limitaciones materiales, tales como el nacimiento, la muerte y la carencia, prevaleció generalmente hasta la época de Mrs. Eddy. Hoy, empero, comprendemos la actualidad no solamente de Dios sino también del hombre, quien ha existido siempre como idea de Dios. Las siguientes palabras de Jesús (Juan, 8:58): “Antes que Abraham naciera, yo soy”, indican la actualidad del Cristo. En la eternidad no hay pasado, ni futuro, sino únicamente el eterno ahora.
La comprensión espiritual de que en realidad yo soy hijo de Dios ahora mismo, ha probado ser un poderoso agente curativo para mí. Un mal del estómago del cual había padecido durante veinte años cedió completa e instantáneamente ante la comprensión de esta verdad. Otras curaciones, tales como la liberación del vicio de fumar, la rápida curación de tuberculosis, y la gradual curación de un precario estado de nervios, del cual padecí durante quince años, también se deben directamente a la comprensión de pensamientos sanadores tales como los arriba mencionados. A veces tuve que valerme de la ayuda de uno de nuestros practicistas.
La eficacia de las verdades de la Christian Science, al liberar a mi esposa de alta tensión arterial y de un mal a los riñones, fué lo que me hizo percibir la luz de la Ciencia divina. Frecuentemente hago uso de las palabras de Mrs. Eddy en Ciencia y Salud (pág. 591): “Hombre. La idea compuesta del Espíritu infinito; la imagen y semejanza espiritual de Dios; la representación completa de la Mente.” Esta descripción del hombre no incluye nada que sea material o limitado. El hombre representa la Mente, y esta Mente es completa.
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