Estoy agradecido a la Christian Science porque ella revela la Ciencia del cristianismo. Antes de comenzar su estudio, yo no sabía que existía una Ciencia que, cuando es comprendida, nos capacita para vencer todo lo que pudiera limitar o entristecer nuestra existencia.
Desde el momento en que me fué presentada, la Christian Science ha sido mi único médico. El pensamiento correcto es un preventivo, el cual, a medida que lo he aplicado, me ha protegido de muchos males físicos. Mi primera curación me liberó de la necesidad de tomar un laxante todos los días, costumbre que tenía desde hacía muchos años.
Lesiones sufridas a causa de un accidente de avión también fueron curadas por medio de la Christian Science. Al caer desde un edificio, me herí gravemente un talón; pero no tuve que permanecer inactivo por más que unas cuantas horas y sólo usé un bastón durante un día. Una practicista de la Christian Science me ayudó en ambas ocasiones. Me he curado muchas veces de abscesos a los dientes: en otros casos la Christian Science me ha ayudado a destruir el temor de hacerme atender por el dentista, y por consiguiente no he sufrido dolor alguno. También he sido curado del deseo de tomar bebidas alcohólicas y del uso habitual del café.
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