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Nuestra Iglesia Madre

Del número de enero de 1950 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Cuando Mary Baker Eddy estableció La Iglesia Madre, La Primera Iglesia Científica de Cristo, en Boston, Massachusetts, ella fundó una institución que expresaba el Amor materno de Dios. El unirse a La Iglesia Madre no es un deber superficial, sino un paso de progreso espiritual que marca una etapa de desarrollo espiritual en la consciencia del Científico Cristiano.

La Christian Science revela a Dios como Madre a la vez que Padre. Para el no instruído en la Christian Science, el término Dios puede parecer abstracto, mientras que el término “Madre” llega más cerca al corazón. A menudo este apelativo trae a la memoria el precioso afecto de una madre amorosa y !cuán bendecidos son aquellos que han tenido una buena madre! Durante toda la vida sienten su dulce influencia y recuerdan sus tiernas admoniciones. En la infancia, ella es su guía y consejara; al llegar a ser hombres y mujeres, ella se convierte en una devota confidente y amiga. El éxito de muchos grandes hombres y mujeres puede atribuirse a la influencia de una madre llena de amor. Mrs. Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Christian Science, escribe con gratitud y reverencia acerca de su amada madre. Puesto que la influencia de una buena madre es tan fuerte en la familia humana, cuán omnipresente y omnisciente debe ser la divina influencia de nuestro Padre-Madre Dios, que se hace tanto más apreciable para nosotros mediante las enseñanzas de la Christian Science.

La Iglesia Madre simboliza el más puro amor materno: la madre uniendo a sus hijos en el hogar de su origen. ¡Cuán felices y agradecidos vuelven los hijos a la tranquilidad y seguridad del círculo del hogar! El significado espiritual de La Iglesia Madre revela a toda la familia humana como sostenida en una unión espiritual indisoluble.

Cristo Jesús se comparó a sí mismo con la vid, y a sus discípulos con las ramas, cuando les dijo: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador .... Como no puede el sarmiento llevar fruto de sí mismo, si no permaneciere en la vid, así tampoco vosotros, si no permaneciereis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos: el que mora en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan, 15:1, 4, 5).

Esta metáfora expresa la relación que existe entre La Iglesia Madre y sus miembros y filiales. Esta vinculación es multiforme. Por ejemplo, los periódicos autorizados por La Iglesia Madre esparcen las verdades de la Christian Science a los rincones más lejanos de la tierra. Mediante nuestros periódicos sentimos la influencia de una madre que nos apoya e instruye. Es algo así como una afectuosa madre que escribe a los miembros de su extensa familia para fortificarles, alentarles y consolarles. El Cuerpo de Conferenciantes de la Christian Science envía por doquier a representantes calificados y autorizados, para que expliquen las simples verdades de la Christian Science a multidud de personas: entre ellas hay muchos que oyen de la Christian Science por primera vez. El Comité de Publicaciones vigila los derechos y la libertad de los Científicos Cristianos, protegiendo también el nombre de nuestra Guía contra ataques injustos. El Comité de las Lecciones Bíblicas prepara las Lecciones Bíblicas semanales. Y por sobre todo esto la Junta Directiva de la Christian Science vigila incesantemente, con calma y sin ostentación, por el bienestar general de la Iglesia y sus actividades mundiales, de acuerdo con las disposiciones dadas por Mrs. Eddy en el Manual de la Iglesia.

La palabra “madre” cobra un significado nuevo cuando pensamos así de La Iglesia Madre. Una iglesia filial no puede prosperar sin una correcta apreciación de la fuente de la cual emana. Las filiales una tras otra crecen y se desarrollan, provista cada una de sus propios miembros y actividades, tal como la rama del árbol está revestida de hojas y flores. La semilla de la Verdad sembrada hace más de setenta años se ha desarrollado, convirtiéndose en un enorme árbol, al amparo de cuyas ramas los doloridos y los agobiados hallan descanso. Año tras año se suman nuevas ramas, cada una de ellas firmemente unida al tronco principal.

Si nuestro concepto de la Iglesia no está a la altura del ideal revelado por la Descubridora y Fundadora de la Christian Science, es porque no comprendemos cabalmente a nuestra Guía y su Iglesia Madre. Si ocurre un distanciamiento entre madre e hijo, la madre le tiende la mano con amor para atraerle nuevamente al hogar. Pero si el hijo se aleja ¿qué otra cosa le queda a la madre que esperar, trabajar y orar por el bienestar de su hijo?

Cuando empeñados en el trabajo metafísico por La Iglesia Madre, recordemos que nos corresponde mantener el concepto correcto de esta Iglesia. En su significado espiritual, La Iglesia Madre existe como idea, como la revelación espiritual de Dios, el Amor divino. Permanece, por tanto, intacta.

La Iglesia Madre, revelada por Mrs. Eddy, está fundada sobre la Roca, el Cristo; pero aquel cuyo pensamiento no concuerda con la conducta tan semejante al Cristo, ejemplificada por la reveladora de la Christian Science, no puede esperar que comprenderá las funciones de La Iglesia Madre ni que se sentirá verdaderamente agradecido por sus filiales. A una Científica Cristiana que se preguntaba: ¿Qué significa La Iglesia Madre para mí? le vino esta respuesta: Es como una madre que despertando temprano a su hijo, lo atrae tiernamente hacia su pecho, lo cuida, viste, protege e instruye, enseñándole a obedecer y a no temer, a permanecer tranquilo y confiado cuando soplen los vientos que presagian la tormenta y relampaguee el cielo, alentándole a andar solo, y sobre todo regocijándose de su progreso y sus éxitos.

Aquellos que se unen a La Iglesia Madre aprecian mejor las riquezas espirituales que les esperan, y reconocen que al unirse a una de sus filiales aumentarán su caudal de comprensión. En una disertación de gran belleza pronunciada en La Iglesia Madre con ocasión de la Asamblea Anual del 6 de junio de 1899, Mrs. Eddy dijo (The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 132): “El Amor divino nos ha abierto la Puerta Hermosa por donde podemos ver a Dios y vivir, ver el bien en el bien,— Dios todo, único — la Mente única y ésta divina; donde podemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y bendecir a nuestros enemigos.” Y ella terminó su discurso con las siguientes palabras (ib., 133): “Así todos los hijos de la tierra al fin llegarán a reconocer a Dios, y estarán unidos; habitarán en Su santo monte, el pináculo de la Ciencia divina coronado por Dios; la iglesia militante llegará a ser la iglesia triunfante, y Sión será glorificado.”

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