Hoy día, muchas personas son presas de su temor por el estado presente de la situación económica que enfrentan y por la perspectiva futura de esta situación. Las naciones están tratando de satisfacer sus necesidades colectivas con programas de acciones inmediatas. Podemos apreciar el valor, talento, inteligencia y justicia empleados individual y colectivamente en el esfuerzo general por realizar dichos propósitos.
En Ciencia y Salud, Mrs. Eddy escribe: “El Espíritu, Dios, reune los pensamientos aun informes en sus cauces adecuados, y los desarrolla, al igual que abre los pétalos de un propósito sagrado, con el fin de que ese propósito pueda manifestarse”. Ciencia y Salud, pág. 506; Esto nos lleva a preguntarnos respecto a nuestro conocimiento de la verdad que necesitamos aplicar cuando enfrentamos las pretensiones de la mente carnal como capaz de despojar nuestro sistema de autogobierno. Tenemos que saber que poseemos el poder para expresar plenamente ese autogobierno como reflejos que somos de la única Mente. ¿Comprendemos realmente que nuestro ser sólo está subordinado al Principio divino, el Amor, como lo enseña la Ciencia Cristiana?
¿En qué descansa el gobierno tanto individual como nacional? Su piedra angular es la utilización que hacemos del entendimiento acerca del Cristo, la Verdad, en las actividades diarias. Cuando la gente despierta a la comprensión del Cristo, encuentra que su luz disipa las tinieblas del temor, establece unidad, justicia y paz, y con las grandes verdades del Alma, Dios, libera a los hombres y a las naciones.
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