Reconozca confiadamente que Dios es la Verdad, el Ser perfecto. El reconocimiento de la totalidad de Dios y de la unidad del hombre con Él destruye toda forma de enfermedad. Afirme que nada puede oponerse a la Verdad — que la enfermedad no es sino una imagen ilusoria en la mente humana. Su aceptación de la Verdad le niega a la enfermedad espacio que ocupar y poder para actuar en su pensamiento. Mrs. Eddy declara: "La Verdad es Dios, y está en la ley de Dios. Esta ley declara que la Verdad es Todo, y que no existe el error. Esta ley de la Verdad destruye cada fase del error". La Unidad del Bien, pág. 5;
Como lo hizo Jesús, Ud. puede estar intensamente consciente de la individualidad verdadera del hombre como el reflejo de la Vida divina. Esta dinámica idea-Cristo lo capacita para penetrar el velo de la materia y contemplar la identidad verdadera que por siempre triunfa sobre el pecado, la enfermedad y la muerte. El poder penetrante y unificador de esta vista más elevada destruye el temor y la discordancia en su mente y en las mentes de aquellos que acuden a Ud. en busca de ayuda — y sana tanto la mente como el cuerpo. "Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" Juan 8:32. son las palabras de Cristo Jesús. Él las comprobó, y nosotros también podemos comprobarlas.
El camino que conduce al poder sanador de la Verdad es el pensamiento purificado. El conformar el pensamiento y la vida a lo divino incorpora el poder de la Verdad y confiere eficacia a sus oraciones afirmativas. En la fuerza de la rectitud consciente verá Ud., más clara y rápidamente, la identidad espiritual y verdadera del hombre y su unidad inseparable con la Verdad viviente, Dios. Esta contemplación lo capacitará para ver la nada de las manifestaciones del mal — para denunciarlas y destruirlas.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!