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He visto que la Ciencia Cristiana es una...

Del número de noviembre de 1973 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


He visto que la Ciencia Cristiana es una religión de verdad y amor, práctica en todo sentido. Ha hecho tanto por mí y mi familia, he tenido tantas curaciones y me ha solucionado tantos problemas que sólo me es posible mencionar algunos de ellos. Estas bendiciones ocurren diariamente. También he sido protegido y recibido provisión de muchas maneras.

Hace poco padecía de lo que parecía ser fiebre malaria. Se me presentaron tantas complicaciones, que mi esposa decidió llamar a mi suegro que vivía en la Provincia del Cabo, a más de 1600 kilómetros de nuestro hogar. Mi suegro vino a ayudarnos en el trabajo de la granja porque había más trabajo del que podía hacer mi esposa sola.

Me puse tan enfermo que cediendo a la persuación de miembros de mi familia y para aquietar sus temores me sometí a un médico y a su tratamiento. Pronto vi claramente que estaba empeorando, y comprendí, como Mrs. Eddy lo dice en Ciencia y Salud, que: "Sólo por medio de una confianza radical en la Verdad puede realizarse el poder científico de la curación" (pág. 167).

Prescindí, por lo tanto, de los servicios del médico y pedí ayuda a una practicista de la Ciencia Cristiana, quien me ayudó con su tratamiento y apoyo por medio de la oración. Aunque la practicista vivía a más de doscientos kilómetros de mi casa, su trabajo de oración comenzó a manifestarse, y después de cierto tiempo pude levantarme y caminar. ¡Cuán agradecido estoy a la practicista por su inquebrantable perseverancia que demostró en aquella y en otras ocasiones! Tan pronto como recurrí a Dios y abandoné las medicinas comencé a sanar.

En nuestra granja producíamos verduras, tomates y huevos, aparte de otras cosas. Vimos que la provisión estaba aumentando a tal punto que tendríamos que obtener una camioneta más grande para llevar la producción al pueblo dos veces por semana. Había sanciones en vigor y nos informaron que era casi imposible obtener un automóvil nuevo. Yo sabía que donde hay demanda hay oferta. Me aferré a esto y le escribí a la practicista explicándole la situación.

En Miscellaneous Writings (Escritos Misceláneos) Mrs. Eddy escribe: "Dios os da Sus ideas espirituales, y ellas, a su vez, os dan provisiones diarias" (pág. 307). Mi esposa vio un anuncio de una importante firma de automóviles en Bulawayo, y aunque una sucursal de esta firma en un pueblo más cercano nos dijo que no había en el país un automóvil más grande que se pudiera obtener y que había una larga lista de solicitudes esperando, nos sentimos inspirados a escribir una carta a la compañía en Bulawayo. A los pocos días recibimos un telegrama ofreciéndonos una camioneta nueva y grande, la última que quedaba en el país. Una firma la había pedido antes, pero vieron que no era lo que necesitaban. Lo sorprendente fue que varias personas del lugar mismo la querían y hasta uno de los vendedores de la compañía dijo que trató de comprarla, pero la firma no consintió en venderla hasta que recibieron nuestra carta mencionada. Estuve muy agradecido por el reconocimiento persistente y confiado de mi esposa del hecho de que "el Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana" (Ciencia y Salud, pág. 494).

Estoy muy agradecido a Dios por Su amor y misericordiosa bondad; por Cristo Jesús que nos señaló el camino; por Mrs. Eddy por su regalo a la humanidad; y especialmente por las verdades espirituales de la Vida y por la felicidad y paz que me ha dado la Ciencia, incluyendo mi liberación de los hábitos de fumar y beber, y otros errores del sentido mortal. El haber tomado clase de instrucción y ser miembro de La Iglesia Madre, son grandes bendiciones.

Mi oración es dejar que así alumbre mi luz que ayude a otros así como yo he sido ayudado.


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