Cristo Jesús manifestó la Vida intacta que se expresa por sí misma. ¡Qué concepto tan ilimitado nos dio! ¡Cómo elimina las telarañas de los comienzos y fines del tiempo! ¡Cómo desafía a los pensadores a mirar más allá de la periferia de la materia para obtener respuestas del porqué de la existencia!
Personas concienzudas en diferentes campos del conocimiento, se preocupan por la vida y su conservación. Los ecólogos se caracterizan por su respeto y amor a la vida. Para ellos es algo que hay que proteger y preservar. Muchos sienten que una ley de vida está gobernando en la naturaleza, y que toda la creación se desarrolla al ritmo de esta ley. Ven cosas vivientes sostenidas entre sí por un parentesco de vida. Dañar a una es dañar a todas. Bendecir a una es bendecir a todas.
El estudiante de Ciencia Cristiana también venera la vida. Aprende, a través de esta Ciencia, un hecho básico y fundamental: que la Vida es Dios y que Dios es poderosamente omnipresente y perpetuo. Inherente a esta Vida omnipresente está su desbordante poder de expresarse a sí misma en armonía inteligente, pues la Ciencia enseña que no hay muchas vidas particulares tratando de manifestar común acuerdo, sino una Vida, Dios, expresándose por sí misma como la Vida de todos. En este parentesco no puede haber ni conflictos, ni desperdicios ni contaminantes.
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