Rut fue una buena amiga.
Cuando su suegra, Noemí, quedó sola,
Rut cuidó de ella.
Rut abandonó hasta su propio pueblo para
acompañar a la buena suegra a quien amaba.
Rut sabía que en el pueblo de Noemí la gente
adoraba a un solo Dios.
En el pueblo de Noemí había un hombre muy bueno
que oyó hablar de lo buena que Rut era
con su suegra. Y le dijo a Rut: “Jehová
recompense tu obra, y tu remuneración
sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel,
bajo cuyas alas has venido a refugiarte”. Rut 2:12;
Este hombre, llamado Booz, vio cómo podía
ayudar a Rut. Le pidió que se casara con él,
para poder cuidarla. Y así cuidaría también
de Noemí.
Por ser una buena amiga,
Rut encontró un buen amigo.
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