Tuve mi primer contacto con la Ciencia Cristiana a los 1 7 años de edad cuando encontré Ciencia y Salud, por Mrs. Eddy, en un estante de libros. Aunque entendía muy poco, el libro me cautivaba y lo llevaba a la escuela para leerlo en los períodos de descanso. Me estaba preparando entonces para el examen de ingreso a la Universidad de Oxford, y la lectura del libro de texto de la Ciencia Cristiana parecía dar claridad y sentido a mis estudios. El resultado fue que mi nota en este examen me hizo acreedora a una beca para asistir al instituto de estudios superiores de mi preferencia.
La asistencia a las reuniones de la organización universitaria de la Ciencia Cristiana me fue de gran ayuda durante mis años de universidad, y con el apoyo metafísico de una practicista de la Ciencia Cristiana pude pasar los exámenes finales con serenidad. Vislumbré que la Mente gobierna la consciencia verdadera y es fuente de toda la sabiduría e inteligencia. De camino al examen oral, que era el último de mis exámenes finales, me sentí guiada a entrar en una librería y consultar un punto del programa de estudio. Una hora después, en el examen, me interrogaron precisamente sobre ese punto.
Sentí una gran gratitud por esta ayuda en mis estudios y, tiempo después, por haber sido guiada a encontrar una colocación en el mundo de los negocios que me llevó, en condiciones satisfactorias, a más de diez mil kms. de distancia, a la Argentina. Mientras me encontraba en ese país experimenté la curación más extraordinaria que jamás he tenido.
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