Día tras día, se oye hablar de tanta violencia de toda clase, que es muy fácil adoptar una actitud insensible hacia ella. ¿Se nos presenta acaso la tentación de pasar por alto este problema en la creencia de que la violencia es simplemente parte de la naturaleza humana que debemos aceptar? ¿O vemos acaso a la violencia como gigantesca bestia indomable a la que sólo podemos tratar de contener? Tenemos que saber que la violencia no es parte de la naturaleza de Dios y que, por lo tanto, le es ajena al hombre ya que, en realidad, el hombre es la expresión perfecta del Amor divino.
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