Hace algunos años mi familia y yo tuvimos la oportunidad de ir a pasar un fin de semana que incluía un día feriado, a una isla privada, accesible sólo por lancha. Al atardecer del segundo día de nuestra llegada, me estaba trepando a un árbol cuando de repente la rama sobre la cual me apoyaba completamente, se rompió y caí desde una altura de aproximadamente tres metros.
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