La Ciencia Cristiana ha bendecido mi vida de muchas maneras. La curación del pesar que sentí cuando falleció mi madre fue lo que realmente me estableció en la Ciencia. Esta curación se produjo al comprender que la vida es en verdad espiritual y no material.
Orando para alcanzar una comprensión más profunda de lo que es el compañerismo, me di cuenta de que podía dejar de hacer planes humanos, segura de que si dejaba que el Padre planeara mi vida y yo orara para fortalecer mi espiritualidad, mi vida sería más satisfactoria de lo que yo posiblemente podía planear. El resultado fue que inmediatamente me hallé apreciando las excelentes cualidades de un amigo que comenzó a interesarse por la Ciencia Cristiana tanto como yo. Poco después nos casamos.
Los problemas financieron fueron resueltos cuando abandonamos el concepto de un hombre mortal que depende de un empleo material para sus ingresos, y lo reemplazamos por un claro concepto del hombre como la idea espiritual de Dios, que depende sólo de Dios para la provisión del bien continuo y abundante.
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