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Juanito ve a través de la niebla

Del número de octubre de 1975 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Todas las mañanas, desde donde se sentaba a desayunar, Juanito podía ver a la distancia una cordillera de hermosos y empinados cerros cuyas cumbres parecían conos de helado invertidos.

Los cerros estaban bastante lejos, pero en días claros Juanito hasta podía distinguir las torres de las iglesias de la población vecina. Pero una mañana cuando Juanito miró por la ventana, vio que algo sorprendente había ocurrido. Los cerros no estaban allí. ¡Habían desaparecido!

¿Acaso crees que Juanito se alarmó? ¿O crees que corrió a anunciarle a su mamá que los cerros habían desaparecido? Juanito sabía perfectamente bien que los cerros no se habían ido a ningún otro lugar. Él sabía que todavía estaban allí. Solamente que por el momento estaban cubiertos por la niebla.

La Biblia, en el primer capítulo del Génesis, dice: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”. Gén. 1:31; Juanito había aprendido en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana sobre “lo bueno en gran manera” de la creación de Dios. Así que cuando los cerros parecieron desaparecer, él recordó un versículo posterior del Génesis que dice: “Subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra”. 2:6;

— Es algo así como esa segunda historia de la Biblia — le dijo Juanito a su mamá. Un vapor subió de la tierra y ha hecho parecer que los cerros ya no están allí. Pero, con todo y eso, yo que están allí todo el tiempo.

Juanito estaba muy contento porque había podido ver por sí mismo el cuadro falso que surge cuando la niebla sube de la tierra. Este “vapor” o niebla, era como los pensamientos falsos que quisieran hacernos creer que falta algo, o que alguien está enfermo. La creación de Dios, que incluye al hombre como también a los animales, ha sido, es, y siempre será hermosa y perfecta. Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, en su gran libro Ciencia y Salud, dice lo siguiente sobre el error, o pensamientos falsos: “Es aquello que parece existir y no existe”.Ciencia y Salud, pág. 472. Cristo Jesús no pudo ser engañado por el error; ni tampoco debemos serlo nosotros.

Entonces, cuando la niebla del error trate de hacernos creer que algo anda mal en nuestro cuerpo, en nuestro hogar, o con cualquiera de nuestros compañeros de juegos, podemos estar tan seguros como lo estuvo Juanito acerca de los cerros que no se veían. Todo lo bueno está todavía presente. Podemos saber que la salud, la felicidad y el amor que Dios nos ha dado, siempre están con nosotros, así como los cerros estaban allí. Y al saber esto, desaparece la niebla.

Juanito terminó de desayunar y miró por la ventana. Mientras se desayunaba el sol había salido y la niebla había desaparecido. Y allí estaban los hermosos cerros de nuevo — elevándose hacia el cielo.

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