La base de la Ciencia Cristiana es el hecho científico de que Dios es Todo-en-todo. La infinitud está llena de la presencia de Dios. Todo poder, substancia y acción pertenecen a Dios, la causa grande y única, expresada en todo efecto. Dios es la Mente creadora y el bien infinito. Él constituye toda individualidad infinito. Él constituye toda individualidad. Lo que Él crea participa de Su naturaleza y es completamente bueno. La Sra. Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, escribe en La Unidad del Bien: “Dios es Todo-en-todo. Por tanto, Él existe únicamente en Sí mismo, en Su propia naturaleza y carácter, y es el ser perfecto o consciencia perfecta. Él es toda la Vida y toda la Mente que hay o puede haber. Él encierra en Sí mismo toda manifestación de Vida y Mente”.Unidad, pág. 3 ;
Dios expresa Su naturaleza divina mediante el hombre, quien, según el Génesis en el relato espiritual de la creación, es creado a imagen y semejanza de Dios. Este hombre es la idea espiritual e inmortal de Dios. No está formado de carne o cualidades mortales, sino de elementos espirituales tales como inteligencia, nobleza, alegría, armonía e integridad — energías divinas que emanan de Dios en libertad constante y sin trabas.
El hombre es la idea consciente e incorpórea de Dios. No es una personalidad física, esclavizada por instintos animales, por egoísmo, temor y enfermedad. El hombre es el reflejo puro de la Verdad, subordinado únicamente a Dios. Debido a que Dios es Todo, Él constituye toda verdadera consciencia. No existe ninguna falsificación de la inteligencia, ningún falaz poder hipnótico, ninguna insubordinación a la ley de Dios, porque Dios es la única Mente, y no hay mente mortal que invierta Su voluntad.
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