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Asamblea Anual de La Iglesia Madre

Tema: “El poder de la Palabra de Dios”
Fecha: Tarde del lunes 2 de junio de 1975

Del número de noviembre de 1975 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Se abrió la asamblea cantando el Himno No. 210 del Himnario de la Ciencia CristianaChristian Science: Pronunciado Crischan Sáiens.. La Presidente saliente, la Sra. Georgina Tennant, de Londres, Inglaterra, leyó de la Biblia y de los escritos de Mary Baker Eddy:

La Biblia
Génesis 1:1—3
Lucas 4:14
Lucas 5:12, 13
Isa. 40:5

Ciencia y Salud
503:12—15
558:9—12, 13—15
559:8—13, 15—16

Miscellaneous Writings
(Escritos Misceláneos)
111:21—22

Clay Douglas, Solista de La Iglesia Madre, cantó a continuación “El Padrenuestro”.

La Sra. Tennant dio los nombres de los nuevos dignatarios de La Iglesia Madre: Presidente, Jules Cern, de Scarsdale, Nueva York; Secretario, George W. Ledbetter, de Boston; Tesorero, Marc Engeler, de Boston.

Se da a continuación un informe condensado del resto de la asamblea. (Los textos completos aparecen en el The Christian Science Journal de agosto de 1975.)

Discurso del Presidente entrante

En su discurso de apertura, el Sr. Cern, nuevo Presidente de La Iglesia Madre, comparó la injusticia, la envidia, la limitación, el temor, y la enfermedad, con las huellas que se dejan al pisar una acera recién pavimentada. Los arranques de enojo, de resentimiento o de autocompasión, no las borrarán, dijo. Lo que sí las borrará es la aplicación de una nueva capa de cemento. De igual manera, la solución más rápida y eficaz para el aflictivo cuadro humano que pisotea la tranquilidad de nuestro pensamiento es una nueva aplicación de Ciencia divina, la Palabra de Dios.

La Palabra de Dios es revelada, dijo el Sr. Cern, por medio de la Biblia y de los escritos de la Sra. Eddy, nuestra Guía inspirada por Dios. Cada declaración de la Verdad divina que ella nos ha dado puede sanar cualquier y todo falso concepto de la existencia. Desgraciadamente, nosotros también tratamos, muy a menudo, de poner a la Ciencia divina y al sentido material juntos en una licuadora mental, y luego esperamos obtener una mezcla curativa. Pero la Sra. Eddy nos dice: “La Ciencia divina es absoluta y no tolera que haya actitud vacilante alguna al aprender su Principio y su regla, — estableciendo ésta por medio de la demostración”.Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. 274.

Cerciorémonos, dijo, de que no estamos tratando de relegar la Ciencia Cristiana absoluta a lo meramente abstracto al dejar de aplicarla a los problemas que se nos presentan, y al adherirnos mentalmente a lo que se cree que es la clara evidencia de que la existencia es material. Existe un gran abismo entre lo meramente abstracto y lo absoluto. El diccionario Webster define la palabra “abstracto” como aquello que es “considerado fuera de toda aplicación a un sujeto en particular o a un caso específico”. Mientras que, “absoluto”, es definido como aquello que es ilimitado, perfecto, completo, positivo. Por supuesto que a nadie tiene que decírsele que esta última definición describe correctamente la Palabra de Dios, la verdad absoluta acerca de Dios, del hombre, y del universo. ¿Existe algo más práctico que la aplicación de esta verdad a todo problema humano?

Informe del Tesorero,

De acuerdo con las estipulaciones del Artículo XXIV, Sección 3, del Manual de La Iglesia Madre por la Sra. Eddy, se dio como terminada la revisión del estado financiero de La Iglesia Madre. El Tesorero informó sobre la suma de fondos libres de que dispone la Iglesia y de la suma de sus gastos correspondientes al año financiero que terminó el 30 de abril de 1975. El informe indicó que La Iglesia Madre no tiene deudas.

Si alguna vez se presentó una oportunidad para que La Iglesia Madre demostrara que no puede ser sacudida por las creencias del mundo, y que los desafíos son siempre bendiciones ocultas, dicha oportunidad se presentó durante el año pasado, dijo el Sr. Engeler. Las tormentas de los trastornos económicos, presiones inflacionarias, y caos monetario, han golpeado duro contra ella. Pero la Iglesia de nuestra Guía, edificada como está en la roca de la Verdad, se mantuvo firme — resultado inevitable de nuestra demostración colectiva de Iglesia.

Es problable que nuestro estado actual de comprensión no nos capacite aún para imitar las demostraciones absolutas de nuestro Maestro de dominio sobre todos los elementos materiales, pero nuestra total confianza en la ley divina, la ley que lo capacitó para andar sobre las olas y calmar la tormenta, se ha evidenciado — y continúa evidenciándose — en las medidas apropiadas que estamos tomando para protegar a la Iglesia de la furia turbulenta de la mente mortal. De ahí que la sabiduría de edificar un acra, y de poner los “tesoros” de nuestra Iglesia en ella, fue la expresión humana natural de nuestro deseo de obedecer el mandamiento de Jesús de “haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen”. Mateo 6:20; Estamos ahora escuchando y vigilando cuidadosamente la intuición espiritual que nos dirá claramente cuándo y cómo tomar los próximos pasos humanos.

Nuevos desafíos enfrentarán siempre a la Iglesia de Cristo, Científico, por la simple razón de que ella es el laboratorio del pensamiento correcto para el mundo entero. Es por ello que toda la gama de creencias mundiales tenga que pasar ante la puerta de nuestra Iglesia para ser sanada.

Sólo la Ciencia Cristiana tiene la solución para todos los problemas con los cuales está luchando la humanidad, porque esta Ciencia trata con causas y no con efectos, porque lleva a soluciones que son permanentes — a la Verdad divina expuesta con mayor claridad. Cuando se la ve claramente como la manifestación en la tierra de la pura idea de Dios, nuestra Iglesia no puede reaccionar a lo que dice la mente mortal. Sólo puede responder a lo que sabe la Mente divina. Y nuestra comprensión de lo que realmente es la Iglesia, es nuestra “arca”, que lleva y protege todos los tesoros espirituales de nuestra Iglesia.

Ante una difícil situación financiera, toda organización hace lo posible por hallar maneras de reducir sus gastos o aumentar sus ingresos. Nuestra Iglesia ha mejorado eficazmente ambos lados de la hoja de balance. Nuestras operaciones han sido ajustadas y podadas por medio de un eficiente sistema de control de costos, para producir mejores resultados y demostrar nuestra disposición de vivir dentro de nuestros recursos.

El lado de nuestros ingresos ha mejorado también. Al mismo tiempo que la crisis económica más grave que ha habido desde 1929 ha causado una drástica reducción de ingresos en el nivel nacional y mundial, las contribuciones a La Iglesia Madre han aumentado un 65 por ciento. ¡Qué bella prueba de que los ingresos de nuestra Iglesia aumentan desde adentro — aumentan por el amor y la gratitud que sus miembros sienten por la Ciencia Cristiana!

Como ustedes saben, La Iglesia Madre nunca ha sido una institución — y por cierto que no lo es ahora — que recibe dotes o legados extensos. Ahora estamos tomando medidas activas para crear un fondo de reservas mediante fideicomisos a largo plazo, y hemos abierto un fondo especial para ese fin. Para facilitar el trámite de pagos en el exterior, tenemos representantes del Tesorero en 32 países. Esto les facilitará a los miembros de La Iglesia Madre, en sus respectivos países, a remitir sus donaciones en su moneda nacional. Nos complace informar que esta nueva medida ha alentado a los miembros a hacer mayores donaciones a su Iglesia Madre — e incluso a ponerse al día con el pago de la capitación. Este curso que han tomado las cosas es muy halagador. Necesitamos de continuas donaciones, cualquiera que sea el cuadro económico.

No sabemos cuándo volverá la paloma al arca con las nuevas de que el diluvio de recesión e inflación ha retrocedido. Lo que es importante es que cultivemos los tesoros de la Verdad dentro del arca. De esta manera nuestra Iglesia y nosotros mismos estaremos mejor equipados que nunca para servir a un mundo que está hambriento y sediento de Ciencia Cristiana. Y por cierto, ¿no estamos viendo acaso pruebas significativas, de que, para citar a la Sra. Eddy, “el casos de la mente mortal se convierte en el peldaño que conduce al cosmos de la Mente inmortal”? La Unidad del Bien, pág. 56.

Informe del Secretario,

Hace justamente 100 años que la Sra. Eddy dio al mundo un regalo, el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras — un regalo que vino a ella por revelación divina y que contiene la declaración total de la Ciencia Cristiana. Este libro ya ha tocado y cambiado la vida de millares de millares de personas y ha influido y reformado en gran manera el pensamiento y acción — en el aspecto moral, físico, civil, y religioso. Pero su potencial para sanar y reformar a la humanidad es percibido sólo muy levemente, aun por los Científicos Cristianos, y mucho más levemente por el pensamiento mundial.

Cada miembro de La Iglesia Madre tiene la emocionante oportunidad de participar en el despertamiento de hombres y mujeres de todo el mundo, a la alegría, libertad, y salud que les espera mediante la comprensión del poder de la Palabra de Dios como la explica Ciencia y Salud. Seremos partícipes en mayor medida en el grado en que percibamos más de la Verdad, y esto sólo viene mediante un estudio más profundo de la Ciencia Cristiana y mediante su utilización en la curación — primero sanándonos a nosotros mismos y luego sanando a los demás.

En la actualidad, no hay nada más importante en el mundo que podamos hacer nosotros como individuos que el ser sanadores. Nada que sea más satisfactorio —¡no hay ninguna otra forma de compartir que sea mejor! Les agradará saber que durante el año pasado se inscribieron más practicistas en el The Christian Science Journal y en El Heraldo de la Ciencia Cristiana que durante cualquier otro de los catorce años anteriores. ¿No debe ser ésta una de las elevadas metas que cada uno se fije para sí mismo y anhele alcanzar? ¿Qué tal si todas las filiales se fijaran una meta para este año — que cada filial tenga por lo menos un miembro que solicite ser inscrito como practicista en el Journal y/o en el Heraldo el próximo año? ¡Y el que solicite ser inscrito puede muy bien ser usted! Nuestra Guía por cierto que esperaba que todos nosotros fuésemos sanadores, como lo estipuló en el Manual, Artículo XXX, Sección 7: “Yo recomiendo que cada miembro de esta Iglesia se esfuerce por demostrar con su práctica que la Ciencia Cristiana sana al enfermo rápida y completamente, probando así que esta Ciencia es todo lo que afirmamos que es”.

Informe de los Fideicomisarios de La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana, leído

Grabado en la fachada de La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana está el versículo de los Salmos: “El Señor dio la palabra: grande fue la compañía que la proclamó”. Salmos 68:11 (según la versión King James de la Biblia);

El compromiso, la misión de la Sociedad Editora es: publicar la palabra. Dios le dio a la Sra. Eddy la Palabra inspirada, la revelación de la Ciencia divina, y Su sabiduría infinita dirige, protege, y sostiene el desarrollo.

Grande es la compañía de los que proclaman la Palabra. Una compañía es definida como un cuerpo de soldados. Ustedes y yo somos esta gran compañía, que es de alcance mundial. Dondequiera que estemos, cualquiera que sea nuestra diaria misión, tenemos la gloriosa oportunidad de juntos ser soldados en la más santa de las batallas — la difusión de la palabra sanadora de la Ciencia a un mundo que tanto la necesita.

Nuestra Guía, al hablar en Chicago, preguntó a sus seguidores: “¿Cuántos hay que están prontos a sufrir por una causa justa, a soportar un largo sitio, a colocarse a la vanguardia, hacer frente al enemigo, y pisar el campo de batalla todos los días?”Miscellaneous Writings, pág. 99. Todavía ella nos sigue haciendo esta pregunta.

De manera que hoy, a esta gran compañía de guerreros espirituales, aquí y en todo el mundo, decimos: “¡Cerremos nuestras filas! ¡Tengamos listas nuestras armas! ¡Preparémonos para la batalla!”

Nuestro plan de batalla es seguir a nuestra Guía en la destrucción de la creencia en el pecado, la enfermedad, y la muerte, y liberar a toda la humanidad. Mediante la oración continua, el estudio, y el uso inspirado de las publicaciones periódicas podemos ganar esta batalla. Consideremos algunas de las victorias que hemos logrado este año, y demos consideración a los triunfos que todavía nos esperan.

Algunos de los serios desafíos financieros de los que oyeron hablar el año pasado se están resolviendo. Hubo momentos en que casi no sabíamos qué hacer para resolverlos. Mas a medida que fuimos orando y percibiendo que la batalla no era nuestra, sino de Dios, vino la respuesta. Una solución importante fue la de cambiar el The Christian Science Monitor al tamaño tabloide. Ésta era la manera de dar a nuestros lectores y anunciantes un periódico cuya forma fuera nueva, práctica, y de tamaño más práctico, para presentar el reportaje singular del Monitor y sus mensajes anunciadores. La otra parte de la solución fue una rigurosa reducción presupuestaria en el personal y funcionamiento del Monitor. El desafío consistió en hacer esto sin afectar nuestra elevada norma informativa.

También, desde hacía algun tiempo, estábamos deseando proveer a los subscriptores del Monitor que viven fuera del continente norteamericano con un periódico más directamente adecuado a sus necesidades e intereses, tanto en su contenido como en su distribución. Por esta razón apareció el 7 de abril el Semanario Internacional en forma tabloide. Esto también está ayudando a poner al Monitor sobre una base financiera más sana.

Los Fideicomisarios están agradecidos en anunciar que como resultado del buen trabajo de los gerentes, redactores, y su personal subalterno, la Sociedad Editora ha reducido en casi un 50 porciento su déficit presupuestario para el año entrante. Ésta es la primera vez, en muchos años, que podemos informar acerca de una reducción en nuestras pérdidas de operación. Éste es un triunfo considerable ante el continuo aumento en los costos de producción. Ahora debemos continuar hasta que se elimine completamente el déficit, y sabemos que con vuestra ayuda podemos lograrlo.

Ahora permítanme abordar algunos puntos de interés acerca de nuestras otras publicaciones periódicas. ¿Han notado ustedes la impresión clara y nítida que las ha embellecido últimamente? Estamos agradecidos por el nuevo equipo de imprenta que ha hecho esto posible. Carl Welz, Redactor del Journal, Sentinel, y Heraldo, informa también que él y su personal han estado trabajando más estrechamente con los autores para ayudarlos a presentar, tan claramente como sea posible, las verdades sanadoras de la Ciencia Cristiana.

Una meta importante que se han fijado los Fideicomisarios ha sido la de establecer un lazo de unidad más eficaz con todo el movimiento, y nosotros agradecemos muy profundamente vuestro apoyo en este esfuerzo.

Todo el progreso del año pasado no hubiera sido posible sin la guía y comprensión de La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana, la completa dedicación de los leales trabajadores aquí en las oficinas principales, y las devotas oraciones y el unido apoyo de los Científicos Cristianos en todo el mundo. Cuando todos percibamos lo que ha logrado el poder de la Palabra de Dios, no desfalleceremos debido a la gran multitud de desafíos que se nos presentan hoy en día. Más bien nos sentiremos inspirados a continuar al lado de Dios, confiados en que la batalla y la victoria no son nuestras, sino de Dios.

Al llegar a este punto de la reunión, los miembros se pusieron de pie y se unieron en unos momentos de oración silenciosa, y luego repitieron en alta voz el primero y sexto artículos de fe de la Ciencia Cristiana (ver Ciencia y Salud, pág. 497).

Informe del Gerente de los Comités de Publicación,

Aproximadamente 27 veces durante cada semana del año pasado, una clase universitaria, un grupo religioso, o una organización cívica en algún lugar del mundo, escuchó hablar a una persona sobre Ciencia Cristiana. Se dieron mil cuatrocientas charlas bajo la dirección de los Comités de Publicación. Por primera vez en la historia se dieron estas charlas sobre Ciencia Cristiana en Italia y en España.

Los resultados correctivos de estas charlas son substanciales y de gran alcance. Se han ganado toda clase de victorias importantes. Hemos recibido del Uruguay el primer folleto sobre derechos legales y obligaciones para Científicos Cristianos que jamás se haya publicado en un país sudamericano. En Ontario, Canada, ciertas estipulaciones legislativas que amenazaban el derecho que tienen los practicistas de la Ciencia Cristiana de continuar la práctica de su ministerio sanador, fueron anuladas exitosamente por una enmienda que exceptúa a los Científicos Cristianos de una ley que regula los asuntos de la salubridad pública y cuyo alcance es total. En los Estados Unidos se está logrando un excelente progreso al ayudar a las compañías de seguros a reconocer y pagar por lo que ellas antes pensaban que era un tratamiento en ausencia. Están comprendiendo que sólo existe una clase de tratamiento en la Ciencia Cristiana y éste es la oración científica, ¡que es totalmente eficaz en cualquier parte!

Hay muchas cosas buenas y progresivas que informar. Pero hoy en día todavía abundan imposiciones en lo que respecta a la Ciencia Cristiana. La mente mortal ha estado ocupada propagando estereotipos depravados acerca de la Ciencia Cristiana. No se ven como antes en las primeras páginas de los periódicos. Pero puedo asegurarles que no son menos predominantes. Aparecen en importantes libros de referencia y en los libros de texto de las universidades, en novelas y en ensayos teatrales, en obras serias no ficticias y en la enseñanza de las Escuelas Dominicales de otras religiones. Amenazan con crear tal niebla y confusión de malas interpretaciones que casi pareciera que el buscador sincero nunca podría encontrar su camino hacia el Consolador.

Ha llegado el momento de que todos los Científicos Cristianos encaren esta resistencia a la Verdad mediante su oración profunda y unificada. Esto no debe hacerse solamente en bien de los Científicos Cristianos sino por el bien de toda la humanidad.

Informe del Agente del Editor,

Cuando la Sra. Eddy era su propio editor, Ciencia y Salud tuvo numerosas revisiones y muchas ediciones. Desde su última edición no se ha vuelto a revisar, pero continúa presentándose èn nuevas ediciones para satisfacer las necesidades del momento. Como Agente del Editor tengo el privilegio de estar a cargo de este maravilloso libro, ver de que se imprima, encuaderne, y presente al público de la manera que sea apropiado hacerlo.

Por supuesto que la mejor manera de mantenerlo frente al mundo es reconociendo su lugar en la vida de los Científicos Cristianos. Como pioneros a los cuales la Sra. Eddy ha confiado su libro, los estudiantes del primer centenario de Ciencia y Salud se preguntan:

—¿Sabemos a lo que nos hemos comprometido?

—¿Hemos demostrado el poder de la Palabra de Dios en el grado en que nuestra Guía hubiera esperado que lo hiciéramos en los cien años en que ha estado revelada esta Verdad?

—¿Hemos hecho todo lo que podemos para adelantar el mensaje de Ciencia y Salud? El libro nos desafía a que demos respuesta hoy a estas preguntas. La Sra. Eddy vio que la enseñanza y la prédica por medio de la palabra publicada eran necesarias, pero hizo esta advertencia: “Si creéis que se puede curar simplemente repitiendo las palabras de la autora, hablando bien y obrando mal, quedaréis desengañados. Tal proceder no demuestra la Ciencia por la cual la Mente divina sana al enfermo”.Ciencia y Salud, pág. 452;

Una renovada devoción y dedicación en la labor de la curación cristiana son la necesidad del momento. ¿Están listos para dar todo por Cristo? ¿Están dispuestos a reconocer el poder del Amor divino para sanar, y a mantener un concepto de vuestro prójimo que esté de acuerdo con ese poder? ¿Se defenderán contra toda clase de falsos sistemas y afirmarán vuestra autoridad como Científicos Cristianos? ¿Quieren compartir nuestro libro de texto viviendo una vida consagrada?

Antes de que el mensaje del libro de texto sea universalmente aceptado, hay mucho más que necesita ser escudriñado en las páginas de Ciencia y Salud — investigado y demostrado por los miembros de La Iglesia Madre de nuestros días. Mucho más necesita ser demostrado. Las sorprendentes y revolucionarias verdades de que la Mente es todo y que la materia es nada, expuestas en Ciencia y Salud, no serán generalmente aceptadas con sólo decirles a los demás que pueden leerlas en el libro. Sólo cuando los Científicos Cristianos mismos las comprendan mejor, y muestren con su manera de vivir que las comprenden, aceptará el mundo Ciencia y Salud. “El error de los siglos es predicar sin practicar lo que se predica”,ibid., pág. 241; nos dice la Sra. Eddy.

El año 1975 nos exige informar sobre progresos. Y por supuesto que podemos hacer esto en cierta medida. Los miembros de La Iglesia Madre evidentemente están compartiendo Ciencia y Salud en mayor medida. Indudablemente están percibiendo las posibilidades prácticas que tiene una comprensión mejor acerca de lo que es Dios al expresar en su propia vida al Cristo, la Verdad, y así encuentran a otros que están preparados para aceptar esta nueva comprensión acerca de lo que es Dios.

Un análisis de las ventas efectuadas durante los últimos cinco años, muestra que Ciencia y Salud gradualmente está ganando terreno año tras año. La edición en rústica señala el aumento reciente más grande. Quizás esto se deba a que muchos miembros están hallando que esta encuadernación es adecuada para un estudio más profundo, como también para compartirla con los demás. Están buscando e investigando para llegar a ser mejores sanadores. Están viendo que la manera de romper el sueño del materialismo, la manera de ayudar a otros a aceptar el cristianismo que Jesús enseñó y vivió, es mejorando su propio estado individual como Científicos Cristianos.

Nos alegra anunciar hoy una nueva edición de Ciencia y Salud — una impresión con un nuevo aspecto para un nuevo siglo. Al proyectar esto, vimos la necesidad de una edición que proveyera a los Científicos Cristianos con nuevas oportunidades de estudio, un libro que suscitara nueva inspiración, que ayudara al lector a ver las palabras con un nuevo discernimiento. El Century Edition (la Edición Centenario) lo logra. Está impresa en inglés solamente, en un tipo de letra moderno, en una tipografía completamente nueva que está al día con las normas tipográficas que se encuentran en los libros más finos de la actualidad. Una página especialmente inscrita señala los 100 años desde la primera publicación de Ciencia y Salud. El libro viene en dos encuadernaciones: en cuero castaño obscuro y en tela de color verde hoja. Cada edición tiene una Biblia que le hace juego.

También me complace informarles que tenemos dos nuevas traducciones de Ciencia y Salud, en indonesio y en japonés. Ambas traducciones se están preparando para su impresión, y se espera que estarán listas para principios del año próximo. La publicación de ambas traducciones marca la primera vez que aparece Ciencia y Salud en lenguas orientales. Fue en 1912 que se publicó la primera traducción, en alemán, con la aprobación misma de su autora. Desde entonces han sido publicadas once traducciones, todas ellas trabajando para bendecir a la humanidad.

En cierta ocasión nuestra Guía escribió a una iglesia filial en California: “Continúa siendo mi privilegio vigilar y trabajar para todos, desde el Este hasta el Oeste, desde el césped y los esplendorosos cielos del Oriente hasta vuestra deslumbradora gloria en el Occidente, y agradecer a Dios para siempre ‘por Su misericordia, y por Sus maravillas para con los hijos de los hombres’ ”.The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 193. Ahora por medio de Ciencia y Salud en sus varias traducciones, las grandes verdades que la Sra. Eddy enseñó están siendo demostradas en la vigilancia y en la labor de sus seguidores, no sólo desde el Este hasta el Oeste de los Estados Unidos, sino desde el Oriente hasta el Occidente alrededor del mundo. El poder de la Palabra de Dios es seguro y poderoso.

Informes sobre curaciones

A esta altura de la reunión se leyó un informe describiendo los muchos testimonios de curaciones recibidos del movimiento el año pasado. Entre ellos hubo curaciones de tumores, cáncer, diabetes, artritis, epilepsia, tuberculosis, enfermedades del corazón, y de múltiples lesiones ocasionadas en accidentes.

Informes adicionales de progreso en las iglesias filiales y sociedades fueron compartidos espontáneamente por miembros que asistieron a la reunión.

Mensaje de La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana, leído

El año 1975 tiene un significado especial para todas las personas en todo el mundo que son amantes de la paz, y para los Científicos Cristianos en particular. Quizás algunos de nuestros miembros de ultramar no sepan que los Estados Unidos, y particularmente Boston, están celebrando el segundo centenario de ese acontecimiento ocurrido en 1775 cuando los milicianos de Nueva Inglaterra lucharon contra los Casacasrojas ingleses a lo largo del camino que va de Boston a Lexington y Concord para mantener los ideales y preservar la visión de las personas amantes de la libertad.

Pero el año 1975 también señala los 100 años transcurridos desde que se publicara un libro que ha dado principio a un curso aún más notable de acontecimientos. La Sra. Eddy nos recuerda que la Ciencia Cristiana da lugar a una “lucha revolucionaria”, una lucha “para la libertad de la salud, la santidad, y la consecución del cielo”.Miscellaneous Writings, pág. 101; Ciencia y Salud ha ampliado la base de la libertad para incluir a toda la humanidad, en todas partes del mundo — al pobre, al incapacitado y al capacitado, así como también al que es próspero. Ha hecho práctico el poder de la Palabra de Dios. No habrá observancias públicas para celebrar este aniversario; sin embargo, — como el Agente del Editor les ha informado — nos complacemos en anunciar la Edición Centenario de Ciencia y Salud con la Biblia haciendo juego. En lugar de una observancia pública, los exhortamos a que expresen un agradecimiento más profundo por la autoridad divina, el propósito, y la promesa del libro de texto, y a un cuidadoso estudio individual de su contenido.

En este bicentenario de la llamada a la libertad, y del centenario de la resonante respuesta a este llamado mediante la publicación de nuestro libro de texto, vuestra Junta Directiva está muy consciente de que la Ciencia Cristiana — la Ciencia de la genuina espiritualidad — es siempre práctica. Y nos esforzamos por enfrentar la crisis de estos tiempos cambiantes con la espiritualidad práctica que es profundamente cristiana. En este espíritu vamos a informarles sobre los asuntos de nuestra Iglesia Madre.

En la última Asamblea Anual nuestra Junta trajo a vuestra atención que algunas creencias mundiales parecían estar afectando las actividades de La Iglesia Madre — la inflación de los costos y la disminución de los recursos. Ya habíamos tomado medidas positivas para demostrar nuestro dominio sobre estas condiciones; mas a medida que el año continuaba, se hizo evidente que medidas aún más vigorosas eran necesarias.

Nuestra Junta adoptó dos medidas importantes. La primera fue notificar al movimiento de la Ciencia Cristiana que se necesitaba mayor apoyo. La segunda fue reunir a los miembros claves de nuestro equipo de gerentes y pedirles que se reexaminara todo proyecto, función, y actividad de La Iglesia Madre aquí en las oficinas principales. Hicimos hincapié en que la sabiduría, la economía, y el amor fraternal que Dios requiere en el trabajo de nuestra Iglesia Ver Manual de La Iglesia Madre, Art. XXIV, Sec. 5. tenía que ser la base de sus recomendaciones. Como resultado, se operó una gran reducción en el volumen y alcance de nuestras actividades. Al mismo tiempo se tomaron medidas para proteger todo lo que fuera esencial para la promoción y extensión de la Causa de la Ciencia Cristiana.

Para que no haya ninguna mala interpretación queremos aclarar que la edificación del Centro de la Ciencia Cristiana no originó el desafío económico que enfrentamos durante el año pasado. Este proyecto fue financiado mayormente con las generosas contribuciones que los Científicos Cristianos de todo el mundo enviaron al Fondo de Construcción del Centro de la Iglesia. El resto fue retirado de un fondo especial que había venido acumulando La Iglesia Madre durante años con el propósito de edificar. En cuanto a los gastos de operación, la dificultad, como en muchos hogares, fue la salida de dinero en efectivo ocasionada por la recesión económica y la severa inflación. La Iglesia Madre jamás ha sido una institución que reciba grandes donativos y legados, y como todas las instituciones no lucrativas, es mantenida por donativos y legados. Nos complace informarles hoy que el problema del dinero circulante ha sido aliviado; sin embargo, continúa la necesidad de vuestro generoso apoyo.

Con suma gratitud podemos anunciar ahora que oficialmente ha terminado el proyecto de construcción del Centro de la Iglesia con la reciente apertura del bello pórtico de la Extensión. Los miembros y amigos de La Iglesia Madre han apoyado este proyecto con entusiasmo, dedicación, y generosidad, y les estamos sumamente agradecidos a todos. Habiendo alcanzado este punto de cumplimiento, nos damos cuenta de que no podemos dejar de trabajar. Por bello que sea el Centro de la Iglesia, tenemos que ver sus actividades en la Mente, no en la materia. Los Científicos Cristianos tienen la curación cristiana pura y práctica — la Ciencia del cristianismo — sin embargo, el mundo sabe muy poco de su eficacia. El mundo sabrá de nosotros por medio de los efectos inequívocos y concretos de la Ciencia Cristiana en la experiencia humana. Nuestra vida y nuestra devoción, no nuestras palabras, es lo que más se necesita en este momento de la historia. La acción cristiana genuina y científica llamará la atención de aquellos que están deteniéndose para escuchar la dirección de Dios en medio del clamor de nuestros días. Lo que se necesita es conocer y sentir el poder sanador del cristianismo genuino.

Como ustedes saben, el tema de esta Asamblea Anual es “El poder de la Palabra de Dios”. Cuán importante es que obtengamos un sentido correcto de poder ante las fuerzas materiales que parecen usurpar el verdadero sentido de poder.

En la Biblia y en Ciencia y Salud, nuestra llave para ella, tenemos los recursos que nos muestran el poder del Cristo. La Ciencia Cristiana, vivida y amada devotamente como nuestra Guía la presentó en nuestro libro de texto, satisface toda necesidad humana. El poder del Cristo trae iluminación espiritual a la consciencia humana, y esto hace posible la transformación. Es vital que separemos el concepto de poder material que hipnóticamente pretende oprimir al individuo atemorizándolo y haciéndolo ineficaz o apático para con el poder verdadero que pertenece a Dios. El poder divino siempre actúa mediante la iluminación espiritual.

La obediencia a la ley de Dios ilumina la consciencia individual y salva al individuo del aterrador cuadro contemporáneo de vastas instituciones públicas y privadas contra las cuales hombres y mujeres se sienten a menudo desvalidos e ineficaces.

Dios apoyará todo paso de avance. No nos detengamos por falta de visión espiritual. Más bien trabajemos por esa visión para encarar nuevos desafíos, encontrar la dirección de nuestra Guía, y serenamente confiar en que el Padre protegerá la misión sanadora de nuestra Iglesia. Jamás menospreciemos el poder que surge cuando trabajamos juntos como una Iglesia y un movimiento.

La Asamblea Anual concluyó cantándose la Doxología.

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