Durante muchos años he encontrado gran consuelo leyendo las pruebas prácticas de nuestra religión sanadora que se dan en los muchos testimonios del The Christian Science Journal y del Christian Science Sentinel. Yo también desearía agregar algo a este granero.
Hace más de cincuenta años mi tío le dijo a mi madre que debería investigar Ciencia Cristiana porque un cliente le había contado de las curaciones que él había tenido mediante su estudio. ¡Cuán agradecida estoy a este hombre por haber hablado sobre ello, trayendo así este maravilloso consuelo a la vida de mi madre! Ella visitó a un practicista de la Ciencia Cristiana y sanó de estreñimiento crónico.
Algunos meses más tarde, después de haber recibido una segunda opinión médica de que su hijo tenía una enfermedad grave en la cadera y que debería ser hospitalizado, mi madre envolvió al niño en una manta y viajó en tren ciento sesenta kilómetros para ver al mismo practicista, quien oró para él. Muy pronto el niño pudo sentarse y pidió de comer. Más tarde, a pesar de la opinión médica de que nunca podría caminar, caminaba y corría normalmente. Cuando se enroló en la Fuerza Aérea, no tuvo ningún problema al ser examinado por los médicos, y sirvió allí durante ocho años. La curación que tuvo en su niñez fue total y permanente.
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