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Betina aprende a montar su nueva bicicleta

Del número de julio de 1975 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Betina, a los nueve años, empezaba a aprender a montar su nueva bicicleta. Su mamá y su hermana sostenían la parte trasera de la bicicleta para que Betina pudiera montarla mientras adquiría el sentido de equilibrio. Luego la soltaban y la dejaban pedalear sola unos pocos metros. Esto lo hicieron varios días hasta que finalmente Betina pescó el tino. Quería montar sola y lo logró. Logró largarse dos veces sola un buen trecho. ¡Qué feliz se ponía al poder montar su bicicleta sin ayuda! Y se puso a dar otra vuelta mientras que su mamá y su hermana conversaban con una amiga.

De pronto escucharon un grito. Betina había soltado los pedales en vez de haber frenado. Salió por encima de la bicicleta y dio con fuerza contra la pared.

Inmediatamente su hermana y su mamá fueron a su lado diciéndole que ella era la hija de Dios y que siempre estaba bajo Su cuidado. Cuando la ayudaron a pararse y volver a casa notaron una profunda herida en la frente de Betina. Pero ellas sabían que Dios curaba y entonces llamaron a una practicista de la Ciencia Cristiana para que les ayudara por medio de la oración.

La practicista les pidió que dijeran el Padrenuestro y que pensaran cuidadosamente línea por línea. Así lo hicieron, y su temor se calmó. Mientras la practicista oraba por Betina, la familia aprendió a amar aún más la oración que Cristo Jesús nos dio — y en especial la parte que dice: “Sea hecha Tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. Mateo 6:10 (según Versión Moderna);

Entonces Betina se sintió realmente envuelta en el amor de Dios. Cuando le era difícil rechazar los pensamientos de dolor y temor, recordaba la interpretación espiritual que la Sra. Eddy da a esa parte del Padrenuestro que anteriormente había estudiado y que dice: “Capacítanos para saber que — así en la tierra como en el cielo — Dios es omnipotente, supremo”.Ciencia y Salud, pág. 17.

Betina aprendió que “omnipotente” significaba “todo poderoso”. Así que el Amor divino es el único poder. Solamente el Amor puede hacer todo. Sabía que podía confiar en Dios, y dejar que se hiciera Su voluntad. Ella sabía que la voluntad de Dios para con nosotros es siempre salud, libertad, alegría, y felicidad. De inmediato ella sintió que la felicidad celestial estaba ahí mismo — que la armonía es todo lo que existe.

La herida dejó de sangrar y sanó perfectamente — y al poco rato Betina estaba de nuevo sobre su bicicleta. ¡Qué divertido! Podía montar sin ayuda, y ¡cómo gozaba haciéndolo!

El Padrenuestro se volvió su propia oración — y la usó más y más. Hazla tu oración también, porque Cristo Jesús nos la dio a todos nosotros.

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