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Observancia con motivo del Centenario

Del número de julio de 1975 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El centenario del libro de texto de la Ciencia CristianaChristian Science: Pronunciado Crischan Sáiens., Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, es una columna miliar en la historia de la Ciencia Cristiana, que trasciende la importancia religiosa. Este libro ha traído a las vidas humanas de todo el mundo un discernimiento más profundo en cuanto al potencial del hombre, en cuanto a su verdadera naturaleza espiritual, como la expresión amada del infinitamente amable, omnipresente, y todopoderoso Padre-Madre Dios.

La Sra. Eddy ofreció el libro de texto de la Ciencia Cristiana a corazones receptivos de todas las creencias y razas de todas partes. Lo que el libro expone no es una filosofía personal, sino la revelación de la Ciencia del Cristo, que todos pueden demostrar en el grado en que la comprendan espiritualmente. Este libro que habla, como lo hace, con autoridad divina, hace exigencias al lector. Le exige cierto grado de receptividad y humildad, y una disposición para estudiar profunda y devotamente las cosas del Espíritu. No ofrece entretenimiento, mero ejercicio intelectual, ni apoyo a la complacencia, sino la promesa de la regeneración y transformación de la vida humana, y el reencauzamiento del pensamiento y acción por caminos más semejantes al Cristo.

“Para los que se apoyan en el infinito sostenedor”, escribe la Sra. Eddy en las líneas de apertura del Prefacio, “el día de hoy está lleno de bendiciones”. Y así ha ocurrido. De este libro ha surgido una enseñanza religiosa que firmemente confía sólo en medios espirituales para la curación, enseñanza que ha establecido en todo el mundo. Las promesas de la Biblia, incluyendo el ejemplo sanador de Cristo Jesús, han sido demostradas como vibrante realidad en la vida de sus adherentes, y el poder de Dios como más que adecuado para hacer frente eficazmente a las exigencias de nuestros días. Durante años, los miles de personas que se han sometido a la ley divina que apoya estas enseñanzas, han sido liberadas de las cargas del pesar, del pecado y de la pobreza espiritual y se les ha restaurado la salud. Muchas personas han dedicado su vida a aumentar su comprensión espiritual, cuyo resultado natural e inevitable se ha expresado en el ministerio sanador en ayuda de su prójimo.

Sin embargo, la recepción dispensada a Ciencia y Salud ha incluido malentendidos, escepticismo, y hasta acres ataques. Como la Sra. Eddy misma lo reconoció (pág. vii): “Un libro presenta pensamientos nuevos, pero no puede hacer que éstos se entiendan rápidamente”. Lo que dice más adelante: “Las edades futuras tendrán que juzgar cuánto el explorador ha logrado”, es prueba de que estaba muy consciente de ello. Los estudiantes de Ciencia Cristiana que estudian este libro diariamente con disciplina espiritual y oración, son introducidos progresivamente a la dimensión total del desafío del Espíritu al materialismo en sus múltiples expresiones en el mundo de nuestros días. Ellos saben que se han establecido las líneas de batalla y que la salvación de la humanidad sólo puede venir a medida que la devoción y obediencia al Espíritu y sus exigencias reemplacen el dormitar y el mesmerismo del materialismo en los corazones humanos.

El centenario de este libro parece estar cargado de desafíos globales. La confianza de los hombres en sistemas humanos de gobierno en cuanto a sus relaciones mutuas, ha sido puesta a prueba severamente, como también lo ha sido su dominio sobre las fuerzas físicas y fuentes de energía. La urgencia de depositar nuestra confianza en la inteligencia y poder divinos se hace cada día más evidente. La necesidad de demostrar dominio espiritual sobre el ambiente humano — político, mental, social, y económico — se nos presenta abiertamente. La urgencia apenas podría ser mayor. Pero hay también una gran promesa. Los estudiantes de Ciencia Cristiana que han aprendido en cierta medida a someterse a la revelación de la ley divina expuesta en Ciencia y Salud tienen la oportunidad de exigir más a su comprensión y demostración del dominio que Dios ha otorgado al hombre, como se explica en este libro. Tal dominio es un hecho espiritual presente que se puede demostrar, mas esta demostración requiere un estudio diario y consagrado que supere la satisfacción de sí mismo, de la complacencia, o de la fascinación mesmerizante de las pretensiones de la materia.

Aquellos que han dado los primeros pasos en la demostración de las enseñanzas de este libro, y aquellos que aun no han sido introducidos a ellas, tienen en común un cristianismo natural que exige que se lo descubra más cabalmente, y se lo utilice. Mediante tal esfuerzo espiritual el individuo irá demostrando cada vez más una individualidad más elevada, y con ello progresará la humanidad. Por cierto que no existe un problema que enfrente la humanidad que pueda resistir una solución cuando es encarado por medio de la oración, con penetración y constancia, desde el punto de vista de la relación espiritual del hombre con Dios, que es el Amor, la Mente, y la Vida mismos.

En el esplendor de la comprensión espiritual de esta relación, que es explicada en Ciencia y Salud, verdaderamente, “el día de hoy está lleno de bendiciones”.

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