La democracia, tal como se la practica en cualquier filial de la Iglesia de Cristo, Científico, establece exigencias especiales para sus miembros. La regla más importante de los procedimientos democráticos permite que la mayoría tome decisiones para que se pongan en vigor, e implica que la minoría apoye el propósito de esas decisiones. Los Científicos Cristianos acatan esta regla, pero aceptan requisitos que la superan.
La Sra. Eddy escribe cuando habla de lo que ella llama “la Carta Magna de la Ciencia Cristiana”: “Esencialmente democrático, su gobierno está administrado por el consentimiento común de los gobernados, en el cual y por el cual el hombre, gobernado por su creador, se gobierna a sí mismo”.The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 247;
Cristo Jesús dio el ejemplo perfecto de este gobierno de sí mismo, gobernado por Dios. Refiriéndose a su relación con el Padre, dijo: “Yo hago siempre lo que le agrada”, Juan 8:29; y “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre”. 5:30; Para oír la voz de su Padre, Jesús tuvo que haberla escuchado para luego actuar en consecuencia. Escuchar lo que el Creador está diciendo constantemente a Su creación, es la llave del éxito para el trabajo eficaz en la iglesia.
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