Me ha ayudado mucho iniciar el estudio de la Lección-Sermón de cada semana como lo hace un músico cuando aprende una nueva pieza musical. Por lo general, toca toda la pieza para tener una idea de su contenido. Luego empieza otra vez desde el principio, y cuando llega a un pasaje difícil, se detiene y lo repasa cuidadosamente hasta que lo domina y lo toca fácilmente y con inspiración.
Cada semana acostumbro seguir este método al estudiar por primera vez nuestra Lección-Sermón. Leyendo de corrido las seis secciones me doy cuenta de cómo se desarrolla el esquema. Después, volviendo al comienzo, busco el significado de algunas de las declaraciones más profundas con la ayuda de un diccionario, libros de referencia de la Biblia, y las Concordancias de los escritos de la Sra. Eddy. Así continúo hasta que se me revelan nuevos puntos de vista con mayor claridad sobre el tema. Entonces esta inspiración espiritual se convierte en la substancia de mi actividad diaria.
Me gusta pensar acerca de nuestro estudio sistemático como se lo llamó originalmente: “Lección Bíblica”.
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