Fecha: Mañana del lunes 7 de junio de 1976
El Presidente saliente, Jules Cern, de Rancho Bernardo, California, abrió la asamblea presentando al nuevo Presidente, la Sra. Naomi Price, de Londres, Inglaterra. El Sr. Cern leyó de la Biblia, y la Sra. Price leyó selecciones correlativas de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, como sigue:
La Biblia
Isa. 40:1, 10, 11
Juan 10:7, 9, 14,
16, 27, 29
Ciencia y Salud
442:27
338: 14 (hasta ;)
322:29–34
577:33–3
578:5–9, 16
A medida que el Sr. Cern leía el Padrenuestro, los concurrentes respondían con la interpretación espiritual (ver Ciencia y Salud, págs. 16–17). Después, la soprano Susan Godine, solista de Tercera Iglesia de Cristo, Científico, Washington, D.C., cantó “El Salmo Veintitrés” (adaptación).
La Sra. Price anunció la reelección del Secretario, George W. Ledbetter, de Boston, y la del Tesorero, Marc Engeler, de Ginebra, Suiza.
Se da a continuación un informe condensado de la asamblea. (El texto completo aparece en el The Christian Science Journal de agosto de 1976.)
Informe del Secretario,
¿Es usted miembro de una iglesia filial progresista que tiene cultos activos y bien concurridos? O ¿es usted miembro de una filial que sólo tiene un puñado de asistentes a los cultos, con un edificio muy grande o tal vez muy pequeño? ¿Cuál de estas filiales, puede usted preguntarse, describe mejor a nuestro movimiento hoy en día? Ninguna de ellas es prototipo. Representan extremos.
Es cierto, las estadísticas muestran que el número de miembros y de iglesias filiales está declinando. Pero qué maravilloso fundamento tenemos para tenderle la mano al mundo. Existen 3.869 puntos en el mundo — filiales, sociedades, grupos y organizaciones universitarias — donde los Científicos Cristianos procuran activamente que la Ciencia Cristiana Christian Science: Pronunciado Crischan Sáiens. esté a la disposición de sus comunidades.
No tenemos por qué sentirnos temerosos o desalentados; debemos estar agradecidos por lo que tenemos ahora mismo. ¡Y usarlo! Tal vez su iglesia filial sea pequeña y esté luchando — pero ustedes están allí, activos, y son parte de un todo poderoso. Muchas filiales están orando: “Di, Pastor”, y a medida que escuchan obtienen resultados alentadores.
Nuestros planes para los próximos años son sencillos: ayudar a las iglesias filiales y a los miembros a que se ayuden a sí mismos — a que se fortalezcan. La Iglesia Madre está lista para ayudar en cualquier forma adecuada, pero los está dejando a ustedes en toda la libertad que sea posible para que desarrollen sus propias ideas.
Enfrentamos desafíos, no hay lugar a dudas. El mundo entero está pasando por tiempos difíciles. Tenemos la respuesta para el mundo. Pero tenemos que ser lo suficientemente humildes, debemos ser lo suficientemente cristianos, lo suficientemente bondadosos, para encontrar la manera de presentar esta respuesta al mundo de manera que pueda comprenderla y aceptarla. Podemos ir adelante con entusiasmo y alegría — preparados para el progreso. Nuestra Guía esperaba que lo hiciéramos.
Informe del Tesorero,
En el Parlamento francés un ministro se dirigió en cierta ocasión a un miembro opositor con estas palabras mordaces: “Si no tiene usted nada que decir, no insista en decirlo”. Esta declaración bien podría aplicarse a los muchos rumores que la mente mortal ha insistido en difundir respecto a la situación financiera de La Iglesia Madre. Varían de un extremo al otro — de que nuestra Iglesia está al borde de la bancarrota o que su riqueza es tal, ¡que vuestras donaciones han sido rechazadas por el Tesorero!
La verdad es que La Iglesia Madre ha resurgido de una recesión económica mundial en un estado financiero más firme y con una estructura de ingresos más sana y una base de apoyo más amplia. Hoy en día el total activo de nuestra Iglesia, incluso el inmobiliario y su potencial de reservas mediante legados en proceso y fideicomisos, son mayores de lo que jamás han sido en la historia de nuestro movimiento. Esto es una proeza maravillosa. Sin embargo, continúa sin disminución la necesidad de un apoyo firme y continuo a las operaciones corrientes, a pesar de que el nivel de nuestros gastos ha sido reducido a un punto en el que refleja más de cerca el total de los gastos que se necesitan sólo para mantener las presentes actividades.
Estamos más conscientes del valor de las cosas, lo cual es muy diferente de meramente estar conscientes del costo de las mismas. Le estamos dando un ejemplo al mundo de que “menos puede ser más”. Esto, a su vez, debe, inevitablemente, resultar en un mejor cumplimiento de nuestra misión como iglesia.
Efectuamos ajustes necesarios, mientras nos esforzábamos por no perder de vista jamás el maravilloso equilibrio entre la convicción metafísica de provisión infinita y la sabiduría humana de vivir dentro de nuestros medios ya demostrados, como lo hizo Jesús mismo. Por cierto, él alimentó a las multitudes con unos pocos panes y peces — y, sin embargo, aconsejó a quien intentara edificar que fuera sabio en tomar en cuenta el costo. Un presupuesto sabio no es una negación de la provisión infinita.
Los desafíos de este último año nos proveyeron con muchas oportunidades para reconocer que nunca es la dirección en que sopla el viento lo que determina nuestro curso, sino la forma en que disponemos nuestras velas. Escuchando la guía del Pastor, experimentamos el efecto fortalecedor de la tribulación, al mismo tiempo que ganábamos una comprensión más elevada de Iglesia.
La misión de nuestra Iglesia no es sólo la de sanar lo que ya ha ido mal en el mundo sino la de guiar al mundo hacia conceptos más elevados y consagrados acerca de todo, incluyendo el dinero, la provisión, las reservas, la seguridad. Nuestra Iglesia no puede dar margen para ir a la retaguardia, sino que debe guiar — por la apremiante naturaleza misma del Cristo. Y el guiar exige valor moral para tomar posiciones que a menudo parecen contrarias a aquellas que toma el mundo.
Empezando por la verdad espiritual del ser, gradualmente demostraremos nuestra provisión en formas en que el mundo no puede comprender porque desafían la lógica humana. Demostraremos que las narrativas de la Biblia no son menos verdaderas y aplicables hoy de lo que lo fueron en aquellos tiempos. El Principio las apoya, y el Principio es inmutable. Por supuesto, nuestra demostración aparecerá en el estilo del siglo veinte, en una forma y en un nivel que satisfaga las necesidades de hoy.
Para que nuestra Iglesia guíe al mundo, debemos dedicarnos nosotros mismos a la manera de pensar más amplia posible. La Ciencia Cristiana es la Ciencia del ser para el mundo entero. No es sólo para resolver nuestros problemas. Nuestra gran Guía, la Sra. Eddy, tuvo esta visión más amplia. Y nuestra comprensión de esta misión más universal de la Ciencia Cristiana nos capacitará para demostrar de una manera más convincente la inevitable naturaleza guiadora que nuestra Iglesia tiene en el mundo. Esta dirección es expresada dondequiera que un solo miembro de La Iglesia Madre sea lo suficientemente transparente para dejar que la dirección de la Sra. Eddy brille y se manifieste ahí mismo donde él está, como la actividad del Cristo en nuestro mundo.
Gracias a ustedes por ser tan vitales participantes en la actividad guiadora de nuestra Iglesia mediante vuestro resuelto apoyo, firme dedicación, y profundo amor por vuestra Iglesia Madre.
Informe del Gerente de los Comités de Publicación,
Algunas veces en las conferencias internacionales de los Comités de Publicación, les recuerdo a nuestros trabajadores de todo el mundo que los ataques a la Ciencia Cristiana en la prensa, resultan, en realidad, en bendiciones. Ustedes recuerdan que nuestra Guía escribe: “Estad seguros que la injusticia hecha por la prensa y el púlpito a esta religión de cristianos cesará, cuando ya no bendiga más a esta religión”.The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 151; Entonces digo a nuestros Comités de Publicación: “¡Amigos, todos ustedes pueden estar muy seguros de que todavía están siendo bendecidos maravillosamente!”
La mente carnal no ha aminorado sus ataques contra la Ciencia Cristiana este pasado año. Pero mucho se ha hecho, y se han logrado victorias. Por ejemplo, por primera vez, un relato exacto y útil sobre la Ciencia Cristiana ha sido incluido en un libro de texto que se usa en las escuelas de enseñanza secundaria en todo el Canadá.
Algunas veces nuestros Comités puede que les pidan vuestra ayuda y oración específicas para una situación que necesita ser corregida. Muy a menudo ellos se encuentran en situaciones en las que tienen que decir, tal como estamos diciendo nosotros hoy: “Di, Pastor”. En uno de los estados de los Estados Unidos de América, no hace mucho nuestro Comité encaró la gran posibilidad de que una nueva ley hiciera que fuera un delito el que un padre Científico Cristiano confiara solamente en el tratamiento de la Ciencia Cristiana para sus hijos. Le pareció prudente, dijo nuestro Comité de Publicación en su informe a nosotros, pedir a tres miembros de experiencia de la iglesia que oraran apoyando su trabajo para que se enmendara esta ley.
Recibió este apoyo, y obviamente era necesario. Había muchos obstáculos. Parecía una imposibilidad a veces de que se aprobara la enmienda. Pero finalmente fue aprobada en la cámara de diputados y en el senado del estado. Un gran peso pendía sobre la cabeza de los padres Científicos Cristianos en ese estado. Hubieran sido considerados criminales simplemente porque elegían el tratamiento de la Ciencia Cristiana en lugar de atención médica. Pero ahora se ha levantado totalmente el peso.
En el nivel internacional, folletos sobre “Derechos y obligaciones legales” han sido reproducidos en la Suiza de habla francesa, en Suecia y en las Bahamas, y se está llevando a cabo una investigación legal en apoyo de los derechos de Científicos Cristianos en varios países del África.
Durante el año pasado han aumentado considerablemente las oportunidades en los medios informativos de ultramar. Son aceptadas siempre que puedan ser demostradas apropiadamente. Por primera vez, la Ciencia Cristiana fue mencionada prominentemente en la televisión nacional del Japón. La breve descripción fue exacta y llegó a muchos millones de habitantes.
Ahora bien, todos estos esfuerzos son importantes, y estamos haciendo un buen progreso. Pero, por cierto, no es éste un momento para descansar sobre nuestros laureles. No han disminuido los ataques a la Ciencia Cristiana. Como Científicos Cristianos, sin embargo, podemos rehusarnos a creer que la falsedad tiene el poder de la Verdad. La atracción de la Verdad es constante y omnipotente, y nada puede interrumpirla o estorbarla.
Como la Biblia nos dice: “No es vuestra la guerra, sino de Dios”. 2 Crón. 20:15. Porque la guerra es de Dios, podemos permanecer imperturbables, esperando pacientemente, y seguros de que la victoria es nuestra.
Informe de los Fideicomisarios de La Sociedad Editoria de la Ciencia Cristiana, leído
Nuestras publicaciones están llegando a la humanidad, presentando al Cristo, la Verdad, a millones. Liberan de la esclavitud y atraviesan el formulismo de confusos artificios mortales. Estamos trabajando arduamente para que todas nuestras publicaciones periódicas — el Sentinel, el Journal, el Heraldo, el Trimestral y el Monitor— cumplan los cometidos previstos por su Fundadora.
Literalmente millones de Sentinels están disponibles. En los Estados Unidos despachamos cada año el equivalente de un Sentinel por cada 24 personas. Despachamos un Heraldo por cada 500 habitantes en Alemania, y un Heraldo por cada 2.400 habitantes en Francia. Incluyendo folletos y folletines, más de 400 publicaciones en 34 idiomas se envían a ultramar. El trabajo metafísico de todos los miembros que están apoyando a estos misioneros es lo que responde a la necesidad de la humanidad. Pero todavía se requiere apoyo para invertir la tendencia a la disminución de suscripciones.
Estamos especialmente satisfechos de anunciar la primera publicación de las ediciones del Trimestral en japonés e indonesio.
La palabra impresa de la Verdad está leudando el pensamiento humano. El número de testimonios de curación suministrados a las publicaciones periódicas se ha mantenido constante a través de los años. ¿Dónde podría encontrarse hoy en el mundo tal evidencia documentada de la curación por medio del Cristo?
El redactor de nuestras publicaciones periódicas, Geoffrey Barratt, declara: “Más claridad en la metafísica — es a lo que continuamente estamos aspirando. Y mostrar lo que la Ciencia Cristiana significa en términos prácticos hoy en día. Esto sana a la gente. Estamos destacando la fortaleza de la dirección continua de la Sra. Eddy. También, las publicaciones periódicas están ayudando a rescatar del olvido los temas espirituales de la Biblia en el mundo de hoy. Muestran cómo las vislumbres obtenidas en tiempos bíblicos tienen significado ahora y pueden demostrarse”.
En nuestro informe del año pasado les anunciamos el valeroso paso que dimos al introducir el nuevo formato del Monitor y al iniciar la edición internacional en ultramar. Un escrutinio mostró que el 82 por ciento de nuestros lectores aprobaron el cambio.
Como en el pasado, el Monitor continúa siendo una importante influencia para bien entre gobernantes del mundo y personas que destacan en distintas esferas. Su redactor, John Hughes, comenta: “Al iniciar un nuevo año, creo que la misión del Monitor es la de revelar, subrayar, y reafirmar el bien en nuestra sociedad, al mismo tiempo que señala constructivamente sus deficiencias y abusos. El Monitor es un periódico que se ha comprometido a sanar, mas la curación sólo puede efectuarse como resultado de la acción espiritualmente motivada y humanamente expresada”.
Durante el año pasado los crecientes costos de producción presentaron un desafío a nuestra Sociedad Editora aparentemente imposible de superar. Parecía no haber una solución. La gerencia y los empleados recurrieron en oración a su Pastor.
Sentimos que teníamos la solemne obligación de continuar la producción del Monitor diariamente, y la de las otras publicaciones semanal, mensual y trimestralmente, pero el déficit continuaba aumentando en grado alarmante. La inflación contrarrestó con mucho toda disminución en los costos. Llegamos a la conclusión de que si esta tendencia continuaba, nuestro déficit sería de mucho más de diez millones al año.
Se tomó acción inmediata. Toda consideración posible se tomó en cuenta cuando se hizo necesario reducir nuestro personal en un 30 por ciento, dejando una organización muy pequeña en número. La marcada reducción en personal no ha impedido que nuestras publicaciones salgan en la fecha señalada, y creemos que se ha mejorado su calidad. Esta medida, además de nuevos procedimientos y aumentos en los ingresos, ha resultado en una reducción del 50 por ciento en el déficit. Estamos llenos del más profundo amor y gratitud para con nuestra gerencia y nuestros trabajadores que han dado tanto de ellos.
Queda mucho por hacer, pero podemos dar gracias a Dios por la evidencia de Su amor y sabiduría, que nos han traído hasta aquí. Confiamos en que el Pastor está proveyendo a Su rebaño y lo está guiando hacia el redil. Sabemos que allí no hay lugar para el defecto o el déficit.
Algunos de ustedes todavía no están recibiendo un servicio de suscripción y entrega satisfactorios. Nuestro personal continúa trabajando horas innumerables para vencer las dificultades, y no descansaremos hasta que los errores sean eliminados. Los alentamos a que escriban a la Gerente de la Sociedad Editora si necesitan de algo.
La central de computadores y de recopilación de datos de La Iglesia Madre no ha llegado al punto de perfección para adaptarla a los requisitos que se necesitan para convertir el control de operaciones de nuestras publicaciones periódicas del sistema manual al electrónico. Se ha progresado mucho. Sin embargo, se necesita más trabajo antes de que se logre nuestra meta de rendir un servicio excelente y de economizar más.
Un argumento que tenemos que vencer es una contagiosa creencia universal de que el servicio postal está desmejorando. Los invitamos a trabajar metafísicamente y a tomar todo paso humano apropiado en sus zonas respectivas para ayudar a corregir la situación.
Finalmente, pero lo más importante — la Lección-Sermón.
Las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana guían el pensamiento hacia el pastor impersonal — la Biblia y Ciencia y Salud, donde la roca del Cristo, la Verdad, provee abrigo para el rebaño.
Y sabemos que ustedes encuentran consuelo, alimento, y protección en estas Lecciones Bíblicas. Continuamente recibimos cartas de gratitud de miembros y amigos de todas partes del mundo. El Comité de las Lecciones Bíblicas, que prepara estas lecciones, humildemente reconoce la sagrada confianza que en él se deposita.
En nuestros deberes administrativos en la Sociedad Editora, no encontramos nuestras respuestas principalmente en precedentes o procedimientos humanos. A menudo las encontramos en las verdades espirituales que se encuentran en la Lección-Sermón “de la que”, dice nuestra Guía, “depende grandemente la prosperidad de la Ciencia Cristiana”.Manual de La Iglesia Madre, Art. III, Sec. 1;
“El Dios de los cielos, él nos prosperará”. Neh. 2:20.
Al llegar a este punto de la reunión, los miembros se pusieron de pie y cantaron el Himno No. 209.
“Tribulación y triunfo: la visión de nuestra Guía para su Iglesia”, una charla
¿Por qué no nos remontamos esta mañana a más de 80 años atrás, a un día de la primavera de 1895? Hacía unos meses que el Edificio Original de La Iglesia Madre había sido terminado. Mas la Sra. Eddy, radicada en New Hampshire, jamás había visto el edificio de la iglesia cuya existencia le había costado tanto, el edificio que era evidencia palpable para el mundo de que había nacido una nueva Iglesia — una Iglesia nueva y una visión nueva.
Así es como un día de abril, sin previo aviso y sin ostentación, tomó el tren a Boston y calladamente fue a ver a su iglesia. Cuando caminó por la nave de ese hermoso y acogedor auditorio, se hallaba completamente sola. Su único acompañante la aguardó discretamente en la puerta. En el medio de la iglesia, la Sra. Eddy se detuvo y meditó; luego avanzó y se arrodilló por unos momentos en los escalones que conducen a la plataforma y oró silenciosamente. Más tarde durante el día regresó. Esta vez subió a la plataforma y parándose detrás del pupitre del Primer Lector, repitió en voz alta las palabras del Salmo 91, que le había enseñado años antes a buscar protección de las tormentas “al abrigo del Altísimo”. Luego, parándose detrás del pupitre del Segundo Lector repitió las palabras de un himno cristiano conocido y amado por ella.
Guíame, Señor del cielo,
peregrino en tierra hostil.
Yo débil; Tú eres fuerte,
sálvame con Tu poder. Ver Lyman P. Powell, Mary Baker Eddy: A Life Size Portrait (Boston: The Christian Science Publishing Society, 1950), pág. 174;
Como ven, la Sra. Eddy no era demasiado metafísica como para no pedirle a Dios humildemente la fortaleza y la dirección que necesitaba. Tal como lo hizo en el poema que se ha convertido en uno de sus bien amados himnos:
La colina, di, Pastor,
cómo he de subir. . .Himnario de la Ciencia Cristiana, No. 304;
¿Acaso no es maravilloso que mientras se encontraba por primera vez en La Iglesia Madre, no se haya expresado con palabras de satisfacción triunfante sino con palabras que reconocían su total dependencia en Dios para la sabiduría necesaria para enfrentarse a los desafíos del futuro? Hacía casi 25 años que le había comentado a uno de sus primeros estudiantes: “Algún día tendré una iglesia propia” Robert Peel, Mary Baker Eddy: The Years of Discovery (Boston: The Christian Science Publishing Society, 1966), pág. 288; — mas ahora que tenía una, no sentía ni orgullo ni complacencia. Sentía la magnitud de la obra que tenía por delante, y elevó su corazón orando por fortaleza y sabiduría.
Varias semanas más tarde la Sra. Eddy visitó La Iglesia Madre por segunda vez. Esta vez se presentó casi al finalizar el culto dominical de la mañana. La iglesia estaba llena de Científicos Cristianos que entusiasmados se regocijaban por el nuevo edificio, y he aquí que — de pronto y sin esperarlo — allí estaba su Guía para hablarles personalmente.
La Sra. Eddy solía hacer lo más inesperado —ésa era una de las maneras en que mantenía a la mente mortal alejada. Y en esta ocasión, al dirigirse ante la multitud de anhelantes Científicos Cristianos, una vez más hizo lo inesperado al escoger como tema principal la necesidad de arrepentirse — la necesidad de que cada Científico Cristiano reconociera sus propios defectos y de que se arrepintiera de ellos tan profundamente que terminara por destruirlos. Es obvio que quería que sus seguidores vieran que el entusiasmo no era suficiente para llevar la Iglesia adelante; necesitaban profunda dedicación cristiana, fuerza moral, y purificación científica. Cristo Jesús señaló la misma necesidad cuando les dijo a sus discípulos: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos” Juan 8:31; — y entonces, y solamente así, se haría realidad la segunda parte de la declaración, que conocerían la verdad y la verdad los haría libres.
Unas semanas más tarde, en aquel mismo año de 1895, la Sra. Eddy pidió a 180 de sus estudiantes personales que fueran a Pleasant View. Llegaron sintiéndose aún radiantes de satisfacción por haberse terminado la construcción de La Iglesia Madre. Ella acababa de vivir una experiencia agonizante por la traición de su hijo adoptivo, el Dr. Foster Eddy, quien en ese entonces era Presidente de La Iglesia Madre, y la Sra. Eddy con gran autoridad les habló a sus estudiantes de la necesidad urgente de enfrentar y dominar al magnetismo animal antes de que sorpresivamente se apoderase de ellos. Luego terminó el comentario con la adaptación de un lamento poético del libro de Jeremías: “¡Oh, si mi cabeza se hiciese aguas, y mis ojos fuentes de lágrimas, para que llore por la apatía de mis estudiantes y por lo poco que han logrado”.
Ahora bien, el asunto interesante es que cuando la Sra. Eddy hablaba así, los que la escuchaban no se deprimían ni se desanimaban. Por el contrario, se sentían inspirados y fortalecidos. Vislumbraban la magnitud del trabajo por hacer — su importancia perentoria. Los guió a que vieran que había todo un mundo que debía ser redimido, no convertido. Y esto no debía lograrse sirviéndose de meros artificios y campañas, sino viviendo vidas ejemplares, probando la verdad y demostrando la curación.
Jamás dijo — ni en ese momento ni después — que el camino a seguir por la Iglesia sería un camino sembrado de rosas. Tampoco dijo que la mente carnal abandonaría gozosamente su oposición a la Verdad para darle la bienvenida a la Ciencia Cristiana con los brazos abiertos. Sin embargo, sí dijo: “El que lo deja todo por Cristo, renuncia a la popularidad y gana el cristianismo”.Ciencia y Salud, pág. 238; Les prometió a sus seguidores que tendrían grandes pruebas y grandes victorias. Nos promete a nosotros, los Científicos Cristianos de hoy en día, muchísimas oportunidades para probar que Dios es Todo.
Tenemos una Guía que era una verdadera seguidora de Cristo Jesús en el camino estrecho y angosto de la verdadera Ciencia. No confundió el mero deseo o la comodidad en la materia con la científica demostración cristiana. En Ciencia y Salud nos dice claramente: “Si echáis vuestra barca sobre las aguas siempre agitadas pero saludables de la verdad, encontraréis tempestades. De vuestro bien se hablará mal. Esta es la cruz. Tomadla y llevadla, porque por medio de ella ganaréis y os ceñiréis la corona”.ibid., pág. 254;
La Sra. Eddy nunca se olvidó ni de la cruz ni de la corona — ni de la negación del yo humano ni de la gloria del ser espiritual, comprendido y vivido. Cuando nos hace notar el gozo incomparable del verdadero ser, nos señala una Ciencia Cristiana que es infinitamente más que una serie de eventos sociales, un calmante, o una invitación al éxito mundano. Nos presenta a la Ciencia Cristiana como una promesa y una exigencia, como esfuerzo y realización, como revelación y demostración. Jamás acepta las pretensiones del mal como reales o necesarias, mas las enfrenta como desafíos para demostrar la omnipotencia del bien.
Como resultado de su propia experiencia, sus tribulaciones tanto como sus triunfos, nuestra Guía pudo escribir a La Iglesia Madre durante la última década de su vida: “Los males de la vida son su principal recompensa; desarrollan fuerzas latentes. Si yo nunca hubiese sufrido por La Iglesia Madre, ni ella ni yo estaríamos practicando las virtudes que yacen escondidas dentro de las épocas tranquilas y las calmas de la existencia humana”.Miscellany, pág. 166;
¿Acaso esto no la hace a ella una Guía para el presente? Los cambios y desconciertos de nuestros días no le causarían sorpresa. Estaba preparada para ello. Esperaba que su Iglesia estuviera preparada para ello. Sabía que el desafío sería escabroso, pero pudo decir, al igual que lo podemos hacer nosotros:
Y con gozo seguiré
por el duro andar.Himnario, No. 304.
Informes del movimiento
Este informe, presentado por una serie de diapositivas y una cinta magnetofónica de 17 minutos de duración, incluye entrevistas con varios Científicos Cristianos quienes hablaron de curaciones de toda índole. Se hizo hincapié en el hecho de que la curación en la Ciencia Cristiana no es un fin en sí mismo sino en realidad es apenas un comienzo, una nueva manera de vivir, de pensar, y de actuar.
Las curaciones relatadas incluían la de esclerosis múltiple, la de un conflicto racial y el caso de un bebé que nació muerto y la vida le fue devuelta.
Mensaje de La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana, leído
Como Científicos Cristianos, hemos atestiguado maravillosas pruebas del cuidado amoroso del Pastor y de Su muy evidente dirección. Sin embargo, el camino que el Pastor nos muestra no es siempre fácil. Todos nosotros hemos pasado por épocas en que hemos debido adherirnos persistentemente a la verdad, orando por fortaleza y dirección.
“Donde no hay visión, el pueblo perece”, Prov. 29:18 (según la versión King James de la Biblia); nos dice la Biblia. Pero la Ciencia Cristiana nos ha dado la visión que cada uno necesita para satisfacer la necesidad, sea cual fuere, y recibir la promesa.
Hoy en día, nuestro movimiento se ajusta bien a la situación descrita por la Sra. Eddy en Miscellaneous Writings (Escritos Misceláneos): “La presente etapa de progreso en la Ciencia Cristiana presenta dos aspectos opuestos — una amplia promesa, y una triste escasez. Sin embargo, lo que se necesita”, se nos dice, “no es la letra, sino el espíritu”.Miscellaneous Writings, pág. 355; En estas dos últimas palabras tenemos la llave para vencer cualquier necesidad: la superioridad del poder espiritual, y la visión para confiar en ese poder. Aquí radica nuestra fortaleza. Aquí está la dirección que debemos tomar. Aquí está el triunfo.
Podemos triunfar al trabajar juntos. Podemos vencer la necesidad — la actual disminución en el número de practicistas, la membresía que posiblemente sea menos numerosa en estos momentos, los ataques a nuestro movimiento — en tanto que nos aferramos a la visión, en tanto que confiemos en la amplia promesa y reconozcamos la superioridad del poder espiritual.
Todos hemos pasado por épocas difíciles y nos han beneficiado pues obtuvimos fuerzas del Amor. Hemos dependido completamente del Pastor para que nos diga, nos guíe y nos alimente. Mas así como Elías no dependió siempre de los cuervos, así mismo nosotros saldremos adelante. Nos espera la victoria cuando la visión es clara.
Para ayudar a mantener la visión clara, los Directores, junto con nuestros gerentes, han creado unas normas sencillas, cuatro objetivos para mejorar la calidad de nuestro trabajo aquí en La Iglesia Madre. Las hemos compartido con todos aquí y nos encantaría compartirlas con ustedes y solicitar su participación. Exigen más cristianismo, mejores curaciones, una mayor apreciación por la iglesia y la organización, y estar más alerta a las señales de los tiempos. Permítanme que amplifique el tema.
Al enfrentar los desafíos de nuestro movimiento y al buscar soluciones, todos estuvimos de acuerdo en que nuestra necesidad más grande aquí y en todo el movimiento es la de más cristianismo. No sólo el cristianismo que reconoce a Jesús como el Salvador, ni el cristianismo que más bien es de palabra; sino el cristianismo que sigue al Cristo tan de cerca que añade dimensión espiritual a todo lo que hacemos; que transforma nuestras reacciones comunes y las purifica. Como ustedes saben, el modo de reaccionar es a menudo el que mide nuestra aplicación de la Ciencia Cristiana. La Ciencia Cristiana nos mantiene serenos frente al temor, confiados en vez de contrariados. Todos necesitamos más de la serenidad del cristianismo de Cristo.
En la Ciencia Cristiana, el cristianismo y la curación están por siempre unidos. En realidad, no podemos tener el uno sin la otra. Ellos son la cosecha y la siembra a las que se refiere nuestro himno segun el inglés.. El cristianismo se ocupa de sembrar. La curación es el resultado, la curación que todos podemos cosechar a medida que vivimos un cristianismo puro. Es el resultado de percibir científica y cristianamente — la visión que atraviesa al sentido material para vislumbrar la realidad.
Mejores curaciones son nuestro segundo objetivo. Tendremos mejores curaciones cuando obtengamos nuevas vislumbres del infinito, cuando aprendamos más acerca de la naturaleza de Dios... Nuevo discernimiento, mayor inspiración y nuevas percepciones del infinito, nos liberan de las pretensiones médicas o de las condiciones sin esperanza del mundo guiándonos hacia esa amplia promesa de salud, perfección, abundancia y satisfacción.
Di, Pastor.
El Pastor nos guía mediante nuestros libros: la Biblia y Ciencia y Salud. Cada página contiene un mensaje del Pastor que nos enseña cómo cosechar, cómo sembrar, cómo apacentar el rebaño, cómo sanar. Escudriñen estos libros. Vivan con ellos. Oren por más visión, por tener más vislumbres del infinito que disuelven el sueño de la materia y traen curaciones.
Quizás no haya lugar donde haga tanta falta la curación como en nuestra organización de iglesia. Entonces éste es el tercer objetivo: comprender estas instituciones mejor ... La Sra. Eddy continuamente indicó que el progreso vendría sólo mediante el desarrollo espiritual individual. Instó a sus estudiantes a que confiaran en los medios espirituales y no en los materiales: que se aferraran a la visión de “la estructura de la Verdad y el Amor” y dejaran que esa visión gobernara la institución.
Sabemos de vuestro amor hacia La Iglesia Madre. Han sido vuestras oraciones, vuestra generosidad, y vuestra visión las que han apoyado a esta Iglesia y que la han llevado adelante, especialmente durante estos últimos años que han sido un desafío. Confiamos que sepan de nuestra gratitud — y que la sientan. Sigamos adelante juntos apoyándonos mutuamente para mantenernos en la visión de lo que la Iglesia realmente significa y de lo que promete para toda la humanidad.
Luego, si podemos llevar esta misma unidad de visión a nuestras iglesias filiales, alentándonos unos a otros, permaneciendo unidos y sin temor ante la amenaza de escasez de miembros — comenzaremos a crecer nuevamente. Nuevo crecimiento y vigor en todo el movimiento puede ser el resultado de vivir estos objetivos.
Queda uno solo y es: estar alerta a las señales de los tiempos. Vivimos en una época que ha sido profetizada. Jesús la previó. Nuestro libro de texto nos advierte: “Los poderes de este mundo lucharán, y ordenarán a sus centinelas que no permitan que la verdad pase la guardia hasta que acepte sus sistemas ...”Ciencia y Salud, pág. 225.
Mary Baker Eddy jamás hubiera escrito esas palabras si no hubiese previsto lo que estamos enfrentando hoy; si ella misma no hubiera sentido la malicia del antagonismo del mundo y su determinación por impedir la marcha progresiva de la verdad.
Mas la verdad jamás aceptará sistemas materiales. Se reconoce que el camino es escarpado, y que las exigencias espirituales puede que impidan que la Ciencia Cristiana sea aceptada por algunos en estos momentos. Pero nuestra Guía jamás perdió su confianza en el triunfo final del bien; y el primer siglo de su descubrimiento ha visto cómo la levadura de la Verdad ha transformado radicalmente el rumbo de la ciencia, la teología y la medicina.
¿Cómo podemos acelerar el trabajo de esta levadura? ¿Acaso la respuesta no se halla en el himno que hemos elegido para el tema de hoy? Las primeras líneas son una petición, una súplica, una oración de deseo: “Di, Pastor”. Pero luego le siguen las siguientes palabras:
Fiel Tu voz escucharé,
para nunca errar;
y con gozo seguiré
por el duro andar.
Estas últimas líneas son una promesa de nuestra parte a Dios, una promesa a ser Sus discípulos: “Escucharé, seguiré, me regocijaré”. Tenemos que ser semejantes al Cristo. No meramente desear serlo.
De esta manera responderemos al Cristo que nos impulsa hacia adelante — a veces, quizás, a través de períodos de necesidad cuando los poderes de este mundo pretenden llevar la ventaja — pero siempre hacia la amplia promesa.
Es posible que los desafíos parezcan enormes, a ustedes como Científicos Cristianos individuales y como miembros de iglesias filiales — a nosotros como Científicos Cristianos individuales y como miembros de la Junta. Mas la visión de lo que la Ciencia tiene reservado para nosotros y para toda la humanidad nos impulsa a seguir. ¿Acaso es mucho decir que esa visión es la esperanza de la que dependen las soluciones permanentes de los problemas mundiales?
Juntos podemos hacer que este año sea un año decisivo. Como Presidenta de La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana hablo por cada uno de sus integrantes al prometer la mejor dirección que podemos demostrar al presente, mientras al mismo tiempo oramos cada día por más sabiduría, más espiritualidad, y un amor más profundo. ¿Podemos pedirles a todos ustedes que hagan lo mismo?
Di, Pastor — guíanos a todos.
Al terminar la Asamblea Anual la concurrencia, levantándose, repitió la primera estrofa del poema “Apacienta mis ovejas” de la Sra. Eddy.