El tratamiento en la Ciencia CristianaChristian Science: Pronunciado Crischan Sáiens. es inspirado y espontáneo, jamás arduo. Sólo un sentido falso de responsabilidad personal por lograr la curación quisiera tentarnos para que nos sintamos agobiados por este trabajo sagrado. Nuestras oraciones pueden volverse solemnes si nos abruma la creencia de que la curación depende de nosotros en vez de depender del poder irresistible del Cristo.
El que aplica la ley de Dios para resolver un problema no es quien hace que la ley sea eficaz. La omnipotencia de Dios es el poder sanador. En el libro de los Proverbios leemos: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia”. Prov. 3:5;
Dios ya ha creado al hombre, espiritual y perfecto, hermoso y completo. La luz del Cristo que llena nuestra consciencia al comunicarnos con Dios nos capacita para contemplar el bien que Él ya ha establecido. Esa contemplación es sosegada y placentera, nunca es solemne ni gravosa. Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, dice de su propia búsqueda de la Verdad: “Tal búsqueda fue dulce, tranquila y animada por la esperanza, no egoísta ni deprimente”.Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. 109;
Ver la creación de Dios como Él la discierne proporciona gozo y satisfacción profunda. Por eso la Sra. Eddy pudo decir acerca de la aplicación devota de la ley de Dios por parte del Científico Cristiano: “El cantar de la Ciencia Cristiana es ‘Trabajad — trabajad — trabajad — velad y orad’ ”.Message to The Mother Church for 1900, pág. 2;
Aunque la labor sanadora de la Ciencia Cristiana pueda requerir algunas veces que continuemos pacientemente reconociendo la perfección espiritual del hombre y que su actividad está gobernada por Dios, dicha labor es siempre un cantar.
El gozo es un atributo del Alma infinita, Dios, y el hombre es el reflejo de Dios. De aquí que el gozo sea una cualidad natural e inmutable del ser del hombre. Contemplar a Dios gobernando Su propio universo y apreciar la belleza y perfección de Su creación es puro gozo. En la curación espiritual contemplamos la actividad espontánea de la energía divina revelando la bondad infinita de Dios y del hombre, el cual Él creó a Su imagen.
La oración sanadora comienza dando gracias a Dios; no comienza planteando un problema y luego haciendo un gran esfuerzo para convertirlo en una solución. Cuando admitimos que Dios es Todo y reconocemos el bien que Él ya ha establecido, llegamos inevitablemente a la conclusión de que lo opuesto del bien no existe.
Cierto día observaba yo un insecto alado que se arrastraba lentamente por un sendero, deslizándose con gran esfuerzo sobre las piedras del camino, y pensé: “¿Por qué te arrastras si tienes alas?” Eso me recordó la aplicación que le dio la Sra. Eddy a la acotación bíblica: “Que escape al monte cual ave”. Salmo 11:1; De acuerdo con lo publicado por un empleado de la Sra. Eddy, ella indicó una vez que “el pajarito no va saltando al monte, sino que vuela recto y veloz cual saeta”. Irving C. Tomlinson, Twelve Years with Mary Baker Eddy (Boston: La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana, 1966), pág. 51; Cuando nuestra consciencia se remonta al pináculo de la realidad espiritual con vuelo directo y confiado, estamos dando testimonio de la armonía del Alma y del poder sanador del Cristo.
¿Por qué es el “trabajad — trabajad — trabajad — velad y orad” de la Ciencia Cristiana un cantar? ¿Y cuál pudiera ser parte de la letra de ese cantar? Podría ser: “Gracias Padre-Madre, por Tu amor constante, que lo abarca todo; y por la comprensión de que nuestra morada se encuentra dentro de su refugio seguro, bajo su panoplia. Tu amor infinito se refleja en nuestro amor por Tí y por nuestro prójimo. Esto nos mantiene conscientemente en paz”.
El Consolador ha sido revelado y ha venido a formar parte de nuestra propia experiencia, sanándonos, fortaleciéndonos, iluminándonos. La omnipresencia de la luz del Cristo no deja oscuridad en la que el mal pueda operar oculto.
El hombre refleja la habilidad infinita de Dios. Está gobernado por la sabiduría y el amor de Dios, es incapaz de pecar, y está satisfecho con lo que es bueno a la vista de Dios.
El Amor divino ha creado al hombre a Su imagen y satisface todas sus necesidades, proveyéndolo con ideas espirituales esenciales que lo conducen a una actividad útil y fructífera. “Poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”. 2 Cor. 9:8;
En toda situación siempre tenemos la respuesta de Dios a “¿Qué debo hacer?” Y la respuesta siempre incluye: “Elévate más”. Dios le ha dado al hombre hasta el deseo de hacer uso de la provisión de ideas que Él da.
En el Evangelio según San Juan leemos una descripción de las inspiradas instrucciones finales que Cristo Jesús dio a sus discípulos antes de la crucifixión. Jesús dijo: “Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido”. Juan 15:11;
No es de extrañarse que en nuestros corazones haya un cantar que el testimonio de los sentidos materiales no puede acallar, y así podemos cantar con el Salmista: “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios”. Salmo 103:1, 2.