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[Original en español]

Con referencia al significado de la palabra...

Del número de marzo de 1976 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Con referencia al significado de la palabra “heraldo”, un diccionario de la lengua española usa los vocablos “anunciar”, “proclamar”, “publicación solemne”. El Heraldo de la Ciencia Cristiana, edición en español, fue para mí el anuncio, la “publicación solemne”, que llegó por primera vez a mi consciencia llevando el llamado del Cristo. Esto sucedió en la siguiente forma: En el año 1950 mi vida estaba llena de dificultades. Había desarmonía en mi hogar, también dificultades económicas y enfermedades. Me sentía sola, insegura, sin esperanzas y, sobre todo, sin futuro. Aunque creía en Dios, hacía ya años que había abandonado mi antigua religión, pues encontré que no fue para mí de ayuda práctica.

Ese verano, antes de salir de vacaciones, fui a visitar a dos tías muy queridas, quienes me ofrecieron una edición en español del Heraldo. Ellas recién habían empezado a leerlo, y pensaron que podría serme útil en mi situación. Comencé a leerlo durante el viaje. Hizo tal impacto en mí que lo leí varias veces y cada uno de los artículos daba respuesta a uno de mis problemas. Parecía que habían sido escritos especialmente para mí. Leí todos los artículos, los testimonios, los avisos y hasta las direcciones de las iglesias y practicistas.

Cuando volví de las vacaciones compré el libro de texto, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, y asistí por primera vez a una filial de la Iglesia de Cristo, Científico. También llevé a mis dos hijos, de ocho y nueve años de edad respectivamente, a la Escuela Dominical, donde asistieron regularmente hasta la edad de veinte años. Esta experiencia fue de gran bendición para mis hijos y para mí.

Mis hijos desde muy pequeños habían padecido continuamente de resfríos, catarros y bronquitis. Fueron tratados por los más eminentes especialistas, pero nunca estuvieron completamente libres de esas enfermedades.

Después de haber comenzado el estudio de la Ciencia CristianaChristian Science: Pronunciado Crischan Sáiens., una noche, el menor de ellos, que estaba con un fuerte resfrío, se encontraba durmiendo en mi cuarto. De pronto comenzó a toser mucho; parecía que se ahogaba. Fui en busca de un frasco de medicina para darle un poco, pero en ese momento recordé lo que estaba estudiando acerca de la omnipotencia de Dios y de la irrealidad de la enfermedad. Especialmente recordé lo que dice la Sra. Eddy en su libro de texto (págs. 393-394): “Es bueno tener calma en la enfermedad, estar lleno de esperanza es aun mejor, pero entender que la enfermedad no es real y que la Verdad puede destruir su aparente realidad, eso es lo mejor de todo, ya que este entendimiento es el remedio universal y perfecto”.

Medité un momento sobre este pasaje, dejé el medicamento y me acerqué a mi hijo. Le recordé que en la Escuela Dominical estaba aprendiendo acerca de la verdad — que él era la idea espiritual de Dios, creado a la propia imagen de Dios — y que nuestras oraciones podían curar tales enfermedades. Los dos estuvimos de acuerdo en que la creencia errónea no podía cambiar el estado perfecto del hombre ni alterar la armonía. Agradecimos el saber que nuestro afectuoso Dios se preocupaba de nosotros y vimos que, por lo tanto, continuaríamos durmiendo en completa paz. Mi hijo se acomodó en la cama y se durmió rápidamente y lo mismo hice yo. Desde ese momento nunca más padeció de esa condición.

Lo que me llenó de regocijo sobre esta curación y lo natural que se realizó, fue que mi otro hijo que estaba en otro dormitorio y que no supo nada de lo que pasó esa noche, también sanó permanentemente. Ninguno de los dos niños volvió a sufrir de resfríos desde entonces.

Mi pensamiento había cambiado; ya no tenía temor de que mis hijos enfermaran. Ahora sabía que la Verdad era el remedio más potente y que el Amor divino cuidaba de ellos.

Doy gracias a Dios por haber conocido esta religión, por haber tomado instrucción Primaria en clase, y por el privilegio de trabajar activamente en la Causa de la Ciencia Cristiana. Especialmente doy gracias por la maravillosa percepción espiritual de la Sra. Eddy que la llevó a establecer las publicaciones periódicas de La Iglesia Madre, verdaderos misioneros que llegan a todo corazón receptivo en diversos idiomas. Son menasjeros de Verdad y Amor para toda la humanidad.


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