“No matarás” (Éxodo 20:13) abarca una esfera más amplia que lo que indica el concepto técnico de matar, o sea, el asesinato premeditado de un ser humano.
La primera mención que se halla en la Biblia de un acto de esta índole aparece en el relato alegórico del ataque homicida de Caín contra su hermano Abel. En la alegoría se muestra un trasfondo amenazador de malos pensamientos que precipitan la violencia y la destrucción.
Se describe que estos dos jóvenes vivían en un ambiente pastoril. Caín, el mayor, era labrador, mientras que su hermano prefirió ser pastor de ovejas. No hay mención de que hubiera habido contienda alguna entre ellos, hasta que cada uno trajo una ofrenda a Jehová. La ofrenda de Abel que estaba compuesta de algunas ovejas fue aceptada, mientras que la de Caín, quien ofrendó el producto de sus campos, fue, aparentemente, ignorada. Cualquiera que haya sido la razón de este rechazo, la ira y el resentimiento se encendieron en el pensamiento de Caín, y mató a Abel (ver Génesis 4:8) — acto que lo condujo rápidamente a la reprensión severa y al destierro perpetuo ordenado por el mismo Dios cuyo favor Caín esperaba recibir.
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