Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Ser receptivo a la verdad en la Ciencia Cristiana...

Del número de marzo de 1976 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Ser receptivo a la verdad en la Ciencia Cristiana y aceptarla me aportó una curación instantánea, cambió mi modo de pensar y trajo muchas bendiciones a mi hogar.

Hace más de veinte años, antes de interesarme en la Ciencia, sufría periódicamente de problemas en la espalda. La dolencia fue diagnosticada como un disco dislocado en la columna vertebral y me recomendaron aplicaciones de calor. No acepté esta recomendación creyendo que guardando cama y con la voluntad humana podría aliviarme. Sin embargo, los ataques siguieron a intervalos. La Sra. Eddy dice en el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud (pág. 446): “El ejercicio de la voluntad produce un estado hipnótico, nocivo a la salud y a la integridad del pensamiento. Por tanto hay que estar alerta y protegerse contra tales peligros”.

Una mañana, varios años después de haber aceptado la Ciencia Cristiana como mi forma de vivir, tuve un ataque muy fuerte. Pude llamar por teléfono a una practicista residente en una localidad distante para pedirle ayuda, y le dije que apenas si podía leer o pensar con claridad. Me dijo que me iba a ayudar por medio de la oración, y que yo debería ser receptivo al gran amor de Dios.

Me apoyé en el poema de la Sra. Eddy “Oración Vespertina de la Madre” (Himnario de la Ciencia Cristiana, No. 207), que empieza así: “Gentil presencia, gozo, paz, poder”, reconociendo cada vez más la presencia y el cuidado de Dios.

Muy pronto sentí una paz profunda y me pareció estar inundado de luz. Cuando me moví, me di cuenta de que ya no sentía dolor y me pude mover sin dificultad. La Sra. Eddy explica esto en el libro de texto (pág. xi): “La curación corporal en la Ciencia Cristiana resulta ahora, como en tiempos de Jesús, de la operación del Principio divino, ante el cual el pecado y la enfermedad pierden su realidad en la consciencia humana y desaparecen tan natural y tan necesariamente como las tinieblas ceden a la luz y el pecado a la reforma”.

Llamé a la practicista y ambos nos regocijamos de ver lo rápido que es el poder sanador de Dios cuando somos receptivos y aceptamos Su gran amor. La curación ha sido completa y aprendí una gran lección, la que sigo aplicando en mi vida diaria.

Pocos meses más tarde tuve el privilegio de tomar instrucción en clase de la Ciencia Cristiana. Estoy muy agradecido a los devotos practicistas que nos despiertan a ver que Dios es una ayuda siempre presente en las necesidades.


Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / marzo de 1976

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.