Los portones se vienen abajo; los enormes muros se desintegran en polvo que se esfuma; las torres de piedra se desintegran en la tierra. ¿Son imposibles estas demoliciones? Son enteramente posibles, aunque tarden siglos. Pero, entre los seres humanos, demoliciones tan dramáticas y tan aparentemente imposibles como éstas, ocurren diariamente. Con frecuencia ocurren rápidamente, a veces instantáneamente. Estas demoliciones son curaciones mediante el Espíritu divino.
En algunas de ellas, errores que parecían inexpugnables se deshacen en la nada, y desastres que parecían totales se convierten en triunfos: lo “incurable” es sanado; y lo “imposible” ocurre. Ocurre sin fanfarria, sin los choques y bajas de las luchas humanas.
Normalmente sucede cuando nadie está observando. En la curación por medio del Espíritu divino no podemos triunfar al mismo tiempo que vemos un enemigo.