Cuando pensamos sobre las noticias de guerra, crimen, desastres en la naturaleza, y otras violencias, nos decimos: “¿Qué puedo yo hacer? ¿Qué puedo yo hacer para ayudar a poner término a todo este mal? Todo parece tan enorme y complicado que parece que no hubiera forma en que una persona pueda ayudar de manera eficaz”.
Pero podemos recordar algunas palabras de San Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Filip. 4:13;
La pregunta “¿Qué puedo yo hacer?” denota una disposición para hacer algo. La habilidad para hacerlo viene mediante el Cristo, la Verdad — mediante el conocimiento de Dios y de nuestra inquebrantable relación con Él, al ver la realidad de que nuestra propia identidad y perfección espirituales están en Dios, y al comprender que nuestro prójimo es tan perfecto como nosotros.
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