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[Original en español]

Varios años han pasado desde que la Ciencia Cristiana...

Del número de julio de 1976 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Varios años han pasado desde que la Ciencia Cristiana me hizo nacer de nuevo y me dio una comprensión más espiritual acerca de Dios como Vida, Verdad y Amor. Quiero expresar mi agradecimiento a Dios por la Sra. Eddy y por la ayuda que recibí de una practicista de la Ciencia Cristiana.

Antes de conocer esta religión parecía deambular de un lado a otro, presa de una gran angustia. Estaba tan deprimida que había deseado suicidarme a pesar de tener tres hermosos hijos. Ya había sido internada por tercera vez en un sanatorio para enfermos nerviosos.

Además de mi profesión de maestra, vendía ropa a domicilio. Fue así como vendiendo ropa, conocí a la madre de una Científica Cristiana que a su vez había sido sanada por medio de esta religión, de lo mismo que yo padecía. Viendo mi estado de depresión, la señora ofreció llevarme a hablar con su hija. Acepté sin resistencia por no despreciar su generosidad, pero con total descreimiento. Al salir de esta entrevista con la señora Científica Cristiana, llevé conmigo Ciencia y Salud por la Sra. Eddy y el libro Un siglo de curación por la Ciencia Cristiana. Cuando comencé a leer este último libro me maravillé de los testimonios.

Una fría mañana de invierno estaba indecisa de si salía a la calle a vender ropa o quedarme en casa a leer Ciencia y Salud. Por último me dije: “Tengo necesidad de vender estos tres ‘vaqueros’, pero, en realidad, deseo saber lo que la Sra. Eddy dice de Dios. Me quedo a causa de Dios. Si Él existe y es bueno, Él me va a ayudar”. Leí ávidamente durante toda la mañana. Por la tarde fui a la escuela pensando salir con la ropa al atardecer.

Cuando volví de la escuela encontré un papelito debajo de la puerta que decía: “Señora, vaya por mi casa que necesito ‘vaqueros’ ”. Fue la primera demostración del amor de Dios de la cual estuve consciente. Expresé mi gratitud y corrí a casa de la señora quien me compró los tres “vaqueros”. ¡Cuánto hubiera tenido que recorrer si no hubiera sido por esto!

En ese tiempo tenía una extensa variedad de medicamentos para dormir. Fue una sorpresa para mí poder dormir toda aquella noche y todas las noches siguientes sin medicamentos. Al mismo tiempo noté que las crisis nerviosas y la angustia por la taquicardia desaparecieron. En una semana me sentí otra persona. Desde entonces no he tenido más licencia por enfermedad. Tripliqué mi rendimiento de trabajo, habiendo progresado mucho en todo sentido.

Leo diariamente al despertarme la Lección-Sermón publicada en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana, y toda la literatura de la Ciencia Cristiana que llega a mis manos. Estoy cada día más maravillada de las bendiciones que nos prodiga el Padre, y de las enseñanzas de la Ciencia Cristiana, que han convertido mi vida en una apasionante aventura. Hay un grupo de Científicos Cristianos en mi pueblo y estoy muy contenta de ser miembro activo del grupo.


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