La memoria viene con sus repeticiones:
“Ella no me habló con bondad”.
Dios mío, yo soy
quien necesita de amor,
o esto no me importaría.
Que cuando alguien
con frío reproche
o irreflexivo desdén
se dirija a mí,
pueda yo recordar
con callada humildad
que “el amor ... no se envanece”.
Dios paciente,
paciente quiero ser
para que pueda tratar
con compasión
a los que a mí se dirigen.
Manténme bondadosa,
querido Padre-Madre Amor,
y une nuestros corazones
en la unidad de la Mente.
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