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“Recuerde quién es usted”

Del número de junio de 1977 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Usted puede salir de cualquier problema en que puede encontrarse atrapado al recordar o enterarse de quién es usted. Esto no se lo digo así de manera sencilla, para ser simplista, sino para ayudarle.

La Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) enseña cómo liberarse de dificultades, pero una razón primordial por la cual la Ciencia está aquí es para llamar la atención de la humanidad a la verdadera identidad del hombre — la manifestación de la Mente infinitamente inteligente. Y ésta es la manera en que nos liberamos de las pretensiones de enfermedad, reyertas, o lo que sea. Comprender nuestra verdadera identidad, y vivir desde este punto de vista, tiene consecuencias preeminentemente prácticas. ¿Por qué? Porque todas las dificultades humanas están basadas en un falso concepto del ser, un concepto de que el hombre es una criatura destinada a morir y potencialmente plagada de dificultades. La Ciencia Cristiana enseña a reemplazar este falso concepto con el verdadero y a eliminar del pensamiento y vida humanos lo que no pertenece a la naturaleza y ser del hombre verdadero, que es la autoexpresión de Dios.

Los seres humanos se ven a veces enfrentados con incertidumbres. Sufren por abrigar puntos de vista equivocados. Se ven acosados por enfermedades y preocupaciones. Mary Baker Eddy plantea esta desafiante pregunta: “¿Es el hombre quien supone, quien cree en lo falso, quien sufre?” y luego responde con la autoridad obtenida de su propia demostración acerca del verdadero ser del hombre: “No es el hombre, sino un mortal — el antípoda del hombre inmortal. Suponer, creer en lo falso, sufrir, no son facultades de la Mente, sino cualidades del error”.Miscellaneous Writings, pág. 332;

Cualesquiera parezcan ser nuestras preocupaciones, podemos preguntarnos: ¿Es el hombre o un mortal el que está pasando por esta dificultad? Bajo la iluminación de la Ciencia es evidente que la respuesta corresponde a lo último: a un mortal. Si creemos que se nos han presentado dificultades, no hemos estado recordando quienes somos. Equivocadamente nos hemos estado identificando con la mortalidad en lugar de afirmar nuestra inseparabilidad de la idea inmortal de la Vida divina.

Un problema que se ha prolongado por mucho tiempo puede que esté acusando una arraigada apatía con respecto a afirmar y a hacer valer la verdadera identidad. Tal vez seamos lentos en identificarnos de una manera espiritualmente científica, porque nuestra identidad, que es la imagen de Dios, parece tan intangible, hasta inverosímil. Esto puede parecerle así al sentido personal — la antítesis del sentido espiritual. Pero el sentido personal es un falso informador, y podemos dejar de prestarle oídos ahora mismo. Podemos empezar a darle nuestra atención al sentido espiritual — la facultad que reconoce, afirma y demuestra la totalidad de Dios — y empezar a vivir nuestro único ser verdadero y a regocijarnos en él.

Al recordar más consistentemente lo que somos, es útil ver que debido a que la Mente es infinita y la única fuente del saber, jamás ha habido en toda la historia espiritual un caso de identificación errónea. Debido a que la Mente divina es la única Mente verdadera del hombre, la formación de conceptos erróneos — y equivocados de cualquier clase — son imposibles.

Por supuesto, este hecho espiritual no es una licencia para hacer cuanta cosa errónea quisiéramos hacer, sino una base para elevar a la humanidad; y esto lo hacemos comenzando por nosotros mismos. Por medio de la Ciencia divina vemos cada vez más claramente que la Mente divina es el único Ego o Yo, y, como consecuencia natural, abandonamos la creencia en un “yo” enterrado en la materia, o sea, en la personalidad mortal.

La Sra. Eddy, cuyos escritos enseñan la manera científica de identificarnos correctamente, tenía un claro sentido de la individualidad. Con gran sencillez y humildad dice de Dios: “Él sostiene mi individualidad. No, aún más —Él es mi individualidad y mi Vida”.Unidad del Bien, pág. 48;

Que todo aquel que esté sufriendo de alguna enfermedad, o de ansiedad, o de profunda frustración, o que esté sin empleo, que se vuelva de un concepto mortal de sí mismo y empezará a ver la salida. Debido a que Dios sostiene — a que es— la individualidad espiritual del hombre, un concepto mortal del ser no puede mancillar al hombre o restringir que disfrute plenamente de todo bien. La primera vislumbre de nuestra verdadera individualidad, de nuestra individualidad semejante a Dios — si nos aferramos a ella — señala los comienzos de un formidable desarrollo espiritual. Un crecimiento espiritual constante nos capacita para ver con convicción cada vez mayor que Dios es nuestra individualidad, nuestra Vida y Alma mismas.

Hace veinte siglos la convicción que Cristo Jesús tenía de la verdadera naturaleza de Dios y del hombre fue tan clara que lo capacitó para sanar a cientos de enfermos y ejercer un extraordinario — aunque natural, una vez comprendido — gobierno sobre las condiciones materiales. Cuando fue necesario, caminó sobre el mar como si fuera tierra firme. Pacificó una tempestad. Sabía que su identidad verdadera era inseparable de Dios, cuya naturaleza comprendió tan firme e íntimamente que se refería a Dios como “Padre”. Nada podía interponerse entre su identidad verdadera y su Padre. Dijo: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”. Juan 5:17;

Cristo Jesús es nuestro Mostrador del camino. La Ciencia Cristiana nos enseña cómo seguirlo y vivir una vida mejor; cómo ejercer más y más dominio sobre las condiciones materiales discordantes, no importa cuál sea la forma que asuman.

Alguien que conoció a la Sra. Eddy escribe: “En The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany la Sra. Eddy nos ha dado una instrucción para la práctica de la Ciencia Cristiana. Lo que sigue fue escrito en 1910 — justamente un poco antes de su fallecimiento, e ilustra la cualidad y vitalidad de su pensamiento a los 90 años de edad: ‘Jamás podrá usted demostrar espiritualidad hasta que declare que usted es inmortal y comprenda que lo es. La Ciencia Cristiana es absoluta; no está ni detrás del punto de la perfección ni avanza hacia él; está en este punto y desde allí debe ser practicada’ (pág. 242). Frecuentemente la Sra. Eddy solía decir a algún miembro del personal de su casa: ‘Recuerde ahora quién es usted’ ”.We Knew Mary Baker Eddy, Fourth Series (Boston: The Christian Science Publishing Society, 1972), pág. 98.

Si está usted preocupado por algún problema en su negocio, recuerde quién es usted realmente. Si está enfermo y sufre de algún dolor físico, recuerde quién es usted realmente. Si se encuentra deprimido por algún acontecimiento del panorama mundial, recuerde quién es usted y lo que realmente todos los hombres son — y contribuirá a que tanto usted como la humanidad sean bendecidos.

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