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LA CONTINUIDAD DE LA BIBLIA

[Serie de artículos que indica cómo se ha revelado progresivamente el Cristo, la Verdad, en las Escrituras.]

El establecimiento de la monarquía en Israel: Primera parte

Del número de septiembre de 1977 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La derrota del ejército de los filisteos en Eben-ezer (ver 1 Samuel 7:10–13) parece haber detenido el avance de las fuerzas filisteas por algún tiempo, sosteniendo de ese modo la posición de Samuel como líder de los israelitas. Sin embargo, a edad avanzada, mientras mantenía su judicatura, nombró a sus dos hijos para que compartieran sus responsabilidades, apostándolos en Beerseba, ciudad sureña en la frontera. No fue una decisión acertada, porque ellos se dejaron “sobornar” y pervirtieron “el derecho” y esto hizo que “los ancianos de Israel” pidieran que fueran relevados de sus funciones y reemplazados por “un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones” (8:3–5).

Se acepta, generalmente, que el libro 1 de Samuel contiene por lo menos dos relatos entrelazados pero que difieren grandemente en cuanto a la designación de Saúl como el primer rey de Israel. Uno de estos primeros escritores considera esto como un desarrollo normal de la judicatura a la monarquía, exigido por el pueblo y sus ancianos, y en conformidad con el progreso del estado creciente de Israel como grupo nacional firmemente integrado.

No obstante, otro escritor, probablemente posterior, considera el surgimiento de la monarquía como una intrépida repulsa del liderazgo absoluto del Dios de Israel. El primer escritor, entonces, considera que la monarquía es un paso práctico y de progreso y que de ninguna manera antagoniza con el gobierno supremo de la Deidad. El relato posterior, tal vez con un enfoque más eclesiástico, aboga por el exclusivo gobierno de Dios, sin vestigio o mácula de gobierno humano.

De ahí que en el Capítulo 9, uno de los pasajes que decididamente apoya y aprueba el hecho de que Samuel patrocine a Saúl, este joven benjamita, hijo de Cis, es presentado como hermoso y de estatura imponente. Además, se indica que Saúl fue aprobado por Jehová Mismo: “Y luego que Samuel vio a Saúl, Jehová le dijo: He aquí éste es el varón del cual te hablé; éste gobernará a mi pueblo” (versículo 17).

En el capítulo siguiente aparecen presagios significativos que ponen de relieve el profundo interés que el anciano profeta demuestra por Saúl, así como la obediencia estricta por parte de Samuel a los planes y promesas que él entendía aguardaban a este joven prometedor, quien aún no tenía consciencia completa de que su destino lo llevaría a ser rey.

Efectivamente, el profeta ya le había asegurado a Saúl que “el deseo de Israel” (según la Versión King James de la Biblia) — probablemente las esperanzas y los deseos fervorosos de la nación — descansaban en él y en su familia. Saúl se preguntaba cómo era posible que fuese así, puesto que Benjamín era la más pequeña de las tribus y su familia la menor de entre sus confines (ver versículos 20, 21).

Pero el plan de Dios para Saúl, según lo veía Samuel, no se podía revocar, y por eso ungió al joven en el nombre de Dios para que fuera “príncipe sobre su pueblo Israel” (10:1). Samuel también le prometió que la señal tradicional de aprobación divina —“el Espíritu de Jehová”— vendría sobre él, capacitándolo para participar en la labor profética — procedimiento que iba a cambiar su propia naturaleza (ver versículo 6).

Más tarde, la rápida liberación del pueblo de Jabes de Galaad de un ataque de los amonitas, lograda por Saúl, les hizo ver a los israelitas el potencial de su habilidad como líder (ver 11:1–11). A sugerencia de Samuel, ellos confirmaron el ungimiento secreto de Saúl ordenado por Dios: “Y fue todo el pueblo a Gilgal, e invistieron allí a Saúl por rey delante de Jehová en Gilgal” (versículo 15).

Lo expresado anteriormente describe el primer relato sobre cómo Saúl llegó a ser rey; lo presenta a él como habiendo sido elegido por Dios, ungido por Samuel, y finalmente aceptado con alegría por sus súbditos. La interpretación posterior y alternativa será tratada en el próximo artículo.

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