Gobernar por medio del Principio divino —¡qué desafío! ¡Qué oportunidad! Algunas veces es necesario tomar decisiones sobre el rumbo a seguir, a dónde ir, qué camino tomar. Pero es muy distinto cuando se sabe que siempre hay un Principio que no puede errar, que nos informa, gobierna y dirige cuando nuestros corazones están dispuestos a escuchar.
Tanto individuos como naciones buscan dirección y guía inspirados. El mundo anhela que se le asegure una respuesta para todos sus problemas: las trágicas guerras, la falta de moral, los dolorosos crímenes y raptos. La Biblia está llena de respuestas a las preguntas que nos hacemos hoy en día. La Sra. Eddy descubrió en la Biblia vislumbres de las leyes divinas que son la base de la Ciencia del ser o Ciencia Cristiana. Ella nos amplía el horizonte de lo que leemos en las Escrituras con estas palabras en Ciencia y Salud: “La Biblia contiene la receta para toda curación”.Ciencia y Salud, pág. 406;
El rey Salomón, dice la Biblia, devolvió un niño recién nacido a la madre verdadera. ¿No fue esto una demostración de la ley divina de la justicia y sabiduría, que reveló lo que pertenecía a alguien y por qué le pertenecía? (Ver 1 Reyes 3:16–27.) Cristo Jesús alimentó a cinco mil personas con cinco panes y dos peces. ¿No fue esto la revelación de la economía del Espíritu — que pone de lado la economía de la materia con sus restricciones y la manera de pensar fraccionaria de la mente carnal? (Ver Mateo 14:15–21.) Y más tarde, cuando el Maestro habló con la samaritana, iluminándola — quien se suponía despreciada y rehuida de esa sociedad — él penetró a través de las crueles paredes de la discriminación y el prejuicio, con la ley universal del Amor. (Ver Juan 4:7–29.) Estos no fueron milagros. Fue penetrar en el reino de la abundancia, eliminar restricciones y curar la desunión. La Biblia lo dice de esta manera: “Los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios”. Ecl. 9:1;
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