Lo más grande que he encontrado en la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) es haber comenzado a comprender que Dios es nuestro creador. Por medio de la revelación de Dios a Mary Baker Eddy y el profundo amor que ella demostró al compartir esta revelación con el mundo en su libro Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, encontramos la manera de reclamar el cuidado amoroso de nuestro Padre-Madre Dios.
Para mí, el camino ha sido lento y difícil, pero cuando uno con toda humildad y constancia ora y se esfuerza, las recompensas son casi increíbles: la verdad encontrada, la muerte anulada, la salud firmemente establecida, la provisión asegurada, paz aun en medio de pruebas y tribulaciones; y siempre la seguridad de llegar a encontrar nuestro innato estado de espiritualidad. Yo había perdido toda fe en la religión, aun en las hermosas enseñanzas de Cristo Jesús, las cuales había aprendido en mi niñez. La verdad de la existencia de Dios la sabía por deducción lógica, pero a través de los sentidos materiales no lo veía a Él en este mundo cruel e injusto en donde hasta los inocentes niños podían tener terribles enfermedades.
Siempre estaré profundamente agradecida a la amiga que me dijo: “Dios nunca hizo las enfermedades, eso lo sabemos en la Ciencia Cristiana”. Inmediatamente pensé en investigar ese concepto de Dios y así lo hice.
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