Estoy profundamente agradecida por las enseñanzas de la Ciencia Cristiana. Deseo compartir dos experiencias por las cuales queda demostrada una vez más la omnipotencia de Dios. En Salmos (78:19) leemos: “¿Podrá [Dios] poner mesa en el desierto?” y en Ciencia y Salud la Sra. Eddy dice: “¿Qué no puede hacer Dios?” (pág. 135).
Hace algunos años tuve la oportunidad de comprar un departamento en construcción pero, por razones financieras, al quedar terminado tuve que alquilarlo. Hace varios años, al modificarse la ley de locaciones en nuestro país, todo hacía parecer que no iba a recuperar este inmueble para yo poder ocuparlo. Empecé a abrigar pensamientos de rencor contra aquellos oficiales en el poder que emitían estas leyes, que a mi juicio eran injustas.
Como me resultaba difícil desprenderme de estos pensamientos negativos, recurrí a una practicista de la Ciencia Cristiana para que me ayudara, por medio de la oración, a reconocer mi identidad verdadera y a afianzar mi fe en el Principio divino. Al poco tiempo visité a mi inquilina y le expuse la necesidad que yo tenía de recobrar la propiedad. Me aseguró que al año dejaría libre el departamento.
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