Se sabe que funcionarios gubernamentales de Europa, América del Sur y Asia han aceptado sobornos de empresas con sede en los Estados Unidos que operan en muchas naciones. Aparentemente, una empresa dio dos millones y medio de dólares, y otras diez veces más, para influir a dichos funcionarios. Algunos de ellos han sido enjuiciados, otros destituidos de sus cargos y algunos altos ejecutivos de las empresas involucradas han sido obligados a renunciar.
La gente, escandalizada por tales noticias, se pregunta: ¿Les es posible a las empresas multinacionales mantener una sola y elevada norma de ética comercial, y competir con éxito en un mundo de culturas y tradiciones diferentes respecto a lo que está bien y lo que está mal?
Algunas empresas están desarrollando sus propios códigos de ética comercial para guiar a sus empleados a hacer lo que es correcto, y está muy Sien. Pero una ética basada en la tradición humana tiene el prejuicio de esa tradición y puede ser atractiva solamente en forma limitada. A la larga, sólo un sistema de ética comercial basado en la Verdad absoluta puede lograr el bien común y unir a todos en una comunidad moral. La Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) ofrece tal sistema, firmemente basado en los Diez Mandamientos, en las Bienaventuranzas y en la unicidad de Dios, el Espíritu. Mary Baker Eddy escribe: “Un Dios infinito, el bien, unifica a los hombres y a las naciones; constituye la hermandad de los hombres; pone fin a las guerras; cumple el mandato de las Escrituras: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’; aniquila la idolatría pagana y la cristiana, — todo lo que es injusto en los códigos sociales, civiles, criminales, políticos y religiosos; establece la igualdad de los sexos; anula la maldición que pesa sobre el hombre, y no deja nada que pueda pecar, sufrir, ser castigado o destruido”.Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. 340;
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