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Escuela Dominical

Preparado por la Sección Escuela Dominical, Departamento de Filiales y Practicistas.]

Escuela Dominical

Del número de septiembre de 1978 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


[Este artículo sobre la Escuela Dominical aparece en inglés en el The Christian Science Journal de esta misma fecha.]

Cómo hacer que la clase participe (Segunda Parte)

Inspiración

La inspiración es como una vasija que hemos llenado de luciérnagas y luego tapado. Quitémosle después la tapa, demos dos pasos atrás y esperemos. Las cosas seguirán su curso. Los maestros de la Escuela Dominical que vienen a la clase enriquecidos con el profundo estudio y la práctica de la Lección-Sermón, además del estudio adicional de la Biblia y de las obras de la Sra. Eddy, descubren que su inspiración jamás fluctúa. Han llenado su vasija, y las ideas están deseosas de brotar. Estas ideas brillan con vitalidad a medida que se las vive.

“El Amor inspira, ilumina, designa y nos muestra el camino”, nos dice la Sra. Eddy en Ciencia y Salud (pág. 454), y el estudio devoto y el poner en práctica lo que se estudia trae evidencia a la clase de la Escuela Dominical de la presencia inspiradora del Amor divino. Encontramos que el Amor nos inspira como maestros toda la semana, iluminando nuestra consciencia y designando lo que tenemos que preparar. Entonces, el Amor inspira y guía tanto a nosotros como a nuestros alumnos durante la hora de la Escuela Dominical para que juntos escuchemos la Palabra de Dios, para que oigamos y hablemos según Él nos guía. La participación dirigida por Dios, participación que sana e ilumina y que resulta en una mejor comprensión de la Ciencia Cristiana, puede ser la norma.

Cómo enfocar la inspiración para que se transforme en participación activa de la clase

La vida de muchos de los personajes bíblicos puede usarse como punto de partida para el intercambio animado y productivo de ideas que enseñen las verdades de la Ciencia Cristiana, y la Lección-Sermón es una fuente excelente para esos relatos. Es imposible sobreestimar el poder que encierra la Lección-Sermón para satisfacer toda necesidad de la Escuela Dominical.

Por ejemplo, la historia de David y Saúl, incluso la que narra cómo Samuel eligió a David, ha aparecido con frecuencia en la Lección-Sermón y puede usarse con alumnos de todas las edades. ¿Qué preguntas pensaría usted hacer? (A menudo es útil formular las preguntas de antemano, aun cuando use otras preguntas cuando empiece la clase.)

Después de haber hablado de la historia de David con los niños más pequeños podría muy bien incluirse preguntas como éstas:

¿Eligió Samuel a David? ¿Qué es una armadura? ¿Por qué David no quiso usar la armadura de Saúl? ¿Creen ustedes que David sabía el primer mandamiento? ¿Lo sabía Goliat? ¿Qué nos dice la Sra. Eddy sobre el primer mandamiento? ¿Cómo obedeció David el primer mandamiento? ¿Cómo lo obedecen ustedes?

Un maestro de la Escuela Dominical debiera tener a mano la Biblia y Ciencia y Salud aun en las clases de niños que todavía no saben leer, porque puede referirse a ellos para corroborar todos los puntos importantes y, de este modo, los niños saben de dónde proviene la información. Cuando se habla sobre la Sra. Eddy y el primer mandamiento, puede leerse de la página 340 de Ciencia y Salud, especialmente de las líneas 15 a la 23, y se las pueden mostrar hablándoles sobre ellas.

Si los alumnos de su clase son algo mayores, y si usted tiene en cuenta la sugerencia que está en las Recomendaciones para la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana (pág. 56): “Señálese cómo el poder espiritual se aplica constantemente en la Biblia y en Ciencia y Salud para solucionar toda clase de dificultades humanas”, quizás sea conveniente escoger preguntas relacionadas con el problema que tenía Jonatán, que quería ser leal tanto a David como a su propio padre. Podrían incluirse las siguientes preguntas:

¿Cómo pudieron seguir siendo amigos David y Jonatán? ¿Cómo obedeció Jonatán el quinto mandamiento? ¿Cómo pueden ustedes ser un Jonatán en esta época?

Si su clase la forman adolescentes que están pensando a qué universidad ir o qué carreras elegir, las preguntas para este grupo podrían incluir:

¿Cómo fue seleccionado David por Samuel y luego por Saúl? (Ver 1 Samuel 16.) ¿Qué influencia tenía? ¿Cómo eres seleccionado, o elegido, para un buen empleo? ¿Puedes orar para ser admitido en la universidad a la que quieres ir? ¿Qué tiene que decir la Sra. Eddy sobre el ser seleccionado o elegido?

Muchas veces una referencia de Ciencia y Salud, o de la Biblia puede servir de comienzo para despertar el interés de la clase. Por ejemplo, el maestro puede referirse a Ciencia y Salud, pág. 170: "La descripción del hombre como puramente corpóreo o como material y espiritual a la vez, — pero en uno u otro caso dependiente de su organismo físico,— es la caja de Pandora, de la cual han salido todos los males, especialmente la desesperación”. Una definición de Pandora, haciendo referencia a la historia de la mitología griega, dice en parte: “Júpiter dio a Pandora una caja que contenía todos los males humanos, los cuales al ser abierta la caja, se escaparon y se extendieron por toda la tierra. Sólo la esperanza quedó en la caja”. Las preguntas pueden seguir estos lineamentos:

¿Por qué creen que la desesperación es algo tan común hoy en día? ¿Cuál es el remedio para la desesperación? ¿Cómo pueden los Científicos Cristianos contribuir a aumentar la esperanza en el mundo? ¿Tienen un amigo que necesita tener esperanza? ¿Cómo pueden ayudarlo?

La participación surge de las necesidades de los alumnos

Tenga en cuenta que muchas de las preguntas que hemos usado como modelo fueron designadas para relacionar directamente la experiencia y los intereses de los alumnos. Pero a veces preguntas generales pueden encontrar una respuesta inesperada. Éstos son los casos donde la inspiración juega un papel importante. El expresar mero entusiasmo humano nos puede permitir hacer preguntas y contestar las que se nos hagan rápida y hábilmente, pero estar divinamente inspirado significa que el Cristo está en actividad, poniendo al descubierto y enfocando a veces las más profundas y bien encubiertas necesidades.

Una maestra de la Escuela Dominical relata lo siguiente:

“Estudié diligentemente la Lección-Sermón ‘¿Son reales el pecado, la enfermedad y la muerte?’, pero no pude encontrar preguntas para empezar la clase que pudieran ser de interés para mis estudiantes de dieciséis años. Había escrito algunas preguntas pero no me satisfacían. Al ir hacia la Escuela Dominical, recordé algo que escuché en la Asamblea Anual de 1973 en una mesa redonda sobre la Escuela Dominical. Un maestro relató que él había comenzado su clase acusando a alumnos diferentes de actos criminales y después preguntándoles si eran inocentes o culpables. Se produjo una conversación chispeante en la que los alumnos cambiaron ideas sobre el ‘porqué’ de su inocencia. Las verdades aprendidas durante esa hora le permitió a uno de sus alumnos ayudar a su novia a sentirse ‘libre de culpa’ más tarde durante esa semana cuando la llevaron apresuradamente al hospital. Sanó, y el domingo siguiente, asistió a la Escuela Dominical como visitante sintiéndose muy agradecida.

“A medida que pensaba en este relato, supe que había encontrado la manera adecuada de iniciar la clase. En cuanto comencé la clase, acusé a un joven de haber usado drogas ilegalmente la noche anterior (sabía que no lo había hecho ya que él había estado en un partido de hockey con mi marido). Acusé a otra estudiante de haber robado. Ella había estado en un partido de fútbol con una amiga. Como clase analizamos cómo estos alumnos probaron su inocencia. Ambos dijeron la verdad, y ambos pudieron citar testigos veraces en apoyo de su declaración. Entonces relacionamos la cualidad humana de honradez con la Verdad divina, la que el hombre expresa invariablemente. Y encontramos numerosos pasajes en la Lección-Sermón en los cuales basarnos, especialmente uno en Ciencia y Salud, página 201, que hace referencia a la acción de la Verdad.

“Una de las chicas dijo: ‘Pero es tan difícil ser completamente honrado’. La discusión se encaminó en forma natural hacia el tema de la honradez. Una vez más, hablamos sobre afirmaciones que aparecen en Ciencia y Salud, incluso la que dice: ‘La honradez es poder espiritual’ (pág. 453). Uno de los muchachos dijo: ‘A la verdad, si simplemente hacemos lo que nos dice la Sra. Eddy sobre ponernos en guardia [ver Ciencia y Salud, 392:27], por cierto que nos ahorraríamos muchos problemas’.

“Después de la clase una de las chicas admitió que a ella y a otra chica de la clase las habían sorprendido esa semana copiando durante un examen en la escuela secundaria, y las habían reprendido. El tema tratado en la Escuela Dominical ese día era lo que necesitaban para completar la curación”.

Resumen:

La inspiración nunca es algo escurridizo si se la combina con el tipo de preparación que incluye practicar en nuestra vida la verdad de lo que decimos. La inspiración guía nuestra preparación, y la preparación abre las puertas a la inspiración. Juntas aseguran una hora en la Escuela Dominical que no solamente es animada por la participación de los alumnos de la clase, sino que trae la influencia sanadora del Cristo directamente a las necesidades del estudiante y del maestro.

[Esta columna aparece trimestralmente en El Heraldo de la Ciencia Cristiana.]


Tenemos también la palabra profética más segura,
a la cual hacéis bien en estar atentos
como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro,
hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana
salga en vuestros corazones;
entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura
es de interpretación privada,
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana,
sino que los santos hombres de Dios hablaron
siendo inspirados por el Espíritu Santo.

2 Pedro 1: 19-21

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