Así como la víbora llena su cueva,
o la tortuga su caparazón,
así también para ti
hay un lugar.
El Amor hace el lugar
para que lo llenes perfectamente
y te mantiene en él
en segura armonía.
Para tu hermana no es,
para tu hermano no es.
Dios para ti lo hizo,
y para nadie más.
Eres especial para Dios;
Él te necesita,
y mientras vas creciendo,
también tu lugar crecerá.
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